29/10/08

También Calandria



Definitivamente, antes de salir, cuando los caballos lleven tiempo sin trabajar, les tengo que dar picadero, aunque sea unos minutos pero ni uno, ni la otra, pueden salir así a la calle. El lunes, salí con la yegua. Como había llovido mucho, el picadero era una laguna, así que cuando la vestí, di unos paseos por el carril de la cuadra, arriba y abajo mientras JuanMa terminaba, pensando que quizás fuera suficiente. Paco iba a ver a un amigo y parte del camino, lo hicimos juntos. La yegua que llevaba, será una maravilla, no lo dudo pero a mi no me gustan así. Iba acelerada y nerviosa, a pesar que en ningún momento, se puso delante de Calandria pero no sé si sería por eso, o porque estaba fuerte, que no iba como a mí me gusta, aunque pensé que en el cruce, nos despediríamos de Paco y al entrar en el campo, ya iría mejor. Pues sí, mejoró algo pero no lo suficiente. El campo estaba empapado. Le dije a JuanMa de subir el monte, como el ultimo día que se portaron tan mal y yo llevaba a Amoroso. Así lo hicimos y fatal. El agua al correr, había dejado unos surcos tremendos en la tierra y a la yegua, le daba miedo de todo y en su miedo, tiraba hacía lo más empinado del monte, Pirata, no sé por qué, empezó otra vez a recalentarse al subir por el mismo sitio que lo hizo el viernes y ella, contagiándose. A lo lejos, reconocimos a dos jinetes que me saludaron a voces y les tuve que responder, sin mirarles siquiera. Calandria era una locomotora y yo no era capaz de arrimarle las piernas, cada vez que intentaba abrigarla, se aceleraba más. Subimos como pudimos y bajamos hacía la casa del guarda, la mitad por donde yo quería y la otra mitad, por donde le daba la gana a ella. Pasamos por delante como saetas y al llegar a la puerta grande de hierro y muy pesada, que es de corredera y que me ha costado mucho en dos ocasiones, que lo he intentado, que se colocara bien para abrirla, se fue derecha y se puso de maravillas a la primera, sin que siquiera le diera yo la orden con las piernas. No sé si era de la ansiedad que tenía por llegar a casa, o que sí, que al final, lo ha aprendido pero fue lo único que hizo bien en toda la tarde. Cerró JuanMa y seguimos hasta el puente. Vimos a Paco cruzándolo, que ya iba de vuelta y nos esperó al final. La yegua, se colocó otra vez en cabeza y para delante. Al poco me dijo JuanMa que Paco no venía y pensé que tomó por el otro lado para trotar un poco a su yegua porque él cuando sale, eso es lo que hace, trotar y galopar a los caballos para que trabajen, por eso, no cuentan nunca conmigo, que salgo a pasear y que en esta ocasión, el paseo fue, casi una tortura.

1 comentario:

Bruja dijo...

Bueno Pili no te preocupes por esto, estas cosas pasan muchas veces, y desde luego cuando pasan ellos no van comodos pero nosotros por supuesto que tampoco, mucho menos, ya sabes que son días, y desde luego estos días que llevan un poco de tiempo sin salir pues si les debes de dar un poco de cuerda, pero bueno no te preocupes por este día vale?? los dias de invierno estan mas fuertes que en verano ademas, el frio les da energias y el calor se las quita.

Tranquila Pili Besososos