28/11/08

La Montera del Torero


El domingo, después de una excursión fallida, programada por una peña de Los Barrios, Paco, Alex (su hijo pequeño) Carlos, David y yo, cogimos nuestras alforjas y nos pusimos en marcha a las 10 de la mañana camino a la Montera del Toreo, zona recreativa, que se encuentra en la carretera comarcal de Jerez de la Frontera - Los Barrios y que si alguien ha pasado por ahí, en alguna ocasión, posiblemente la ha visto porque está muy cerca de la carretera y llama la atención. La carretera ha quedado como de servicio, ya que ahora, hay una autovía y el día de la romería, se corta el tráfico y solo pasamos los que vamos a caballo, andando y los que van con las carriolas o carretas. Nosotros en estos casos, atravesamos el campo, camino muy bonito porque, cruzamos el cortijo del Jaramillo con sus naranjos, arroyos, subimos y bajamos monte y especialmente, cuando ya se está casi llegando a los merenderos, hay una vista, impresionante, lo que ocurre, es que tengo pocas fotos porque el camino, no es precisamente para pararse mucho y de esta ultima vista, no tengo ninguna.




Este que veis ahí, es David refrescándose en este charco que hay en el carril porque había empalmado, el sábado noche, con la excursión del domingo (juventud, divino tesoro)





Otros, aprovechaban para echar un trago, (no era precisamente coca cola)




Llegamos al cortijo del Jaramillo y pasamos por los naranjos, choriceamos (algunos más que otro) alguna naranja.








Mientras, Paco y David, estudiaba la forma de abrir la angarilla y despejar un poco la bajada al arroyo, que estaba muy mala, además ataron a Turco porque íbamos a pasar por un terreno, que no es cañada y además es de la ganadería de Gavira, donde pueden haber unas 600 vaquillas sueltas. Así que procurando no hacer ruido, empezamos a cometer una infracción porque además, decía Paco, que el guarda estaba por allí cerca.

La bajada, no era grande pero horrorosa, terreno como de arena y muy empinada, delante de mí pasó Carlos, le vi que el caballo, dio dos botes para bajar al arroyo y otros dos o tres para subir al otro lado, a él le vi por los aires, instintivamente, me paré y giré en redondo, mirando si había otra bajada un poco más liviana pero viendo que no, le di a la yegua y OH maravilla, resulta que bajó cruzo y subió, con tal suavidad, que me imaginé, que me imaginé que estaba sentada en el sofá de mi casa, no me movió ni un centímetro ¿cómo es posible esto? Yo no me atrevía a levantar la vista pero vi a Paco, bastante apurado, en silencio absoluto y David, delante de mí con ciertos apuros porque llevaba al perro amarrado desde arriba del caballo, llegamos a la otra angarilla, y una vez cruzada, estábamos de nuevo en la cañada. Me comentó Paco, que una de las tres vaquillas que estaban al lado nuestro, se le arrancó pero como las otras, no se movieron se quedó parada, la vi y no nos perdía la cara, tenía unas ganas locas, de venirse a por nosotros. Cuando cerramos, di un suspiro de alivio y me dijo Paco, que ahora venía lo peor porque aunque había un cercado de alambres, lo que allí habían eran toros de 500 a 600 Kg.

Total que un bicho de esos, cuando se pelea con otro, suele saltar la alambrada y se mete por los arbustos aquellos y que lo malo es que cuando lo ves lo tienes encima y sin salida porque aquel trozo, es una vereda bastante estrecha, como podéis ver. Dijo que mejor, hablar alto y lo que hice, fue ponerme a cantar fuerte, intentando que el niño me acompañara pero este no se animaba, no sé si era por miedo o por cortedad.




Llegamos a una vega y ahí estaba el cercado y los toros, yo he pasado por ahí varias veces pero la verdad, que no me acostumbro, esta es una foto sacada un poco deprisa y sin ánimo de lucirnos como fotógrafos gráficos para enseñar lo que allí había, por eso nos la hicimos, donde estaban más alejados de la alambrada y con rapidez nos quitamos de en medio. Encima unos caballos sueltos, nos atacaron, por lo que Paco y David, se tuvieron que emplear a fondo con las fustas y corriéndolos para que pasáramos.





Por fin salimos de esa zona, cruzamos un río y ya estábamos en “el puente de hierro” sitio, donde nos paramos a tomar algo y esperar a dos que se habían apuntado por el camino y que en mala hora los encontráramos, aunque ese es otro tema.
Una vez, se unieron a nosotros, continuamos nuestro camino, que era, subiendo la montaña por lo que cuando estábamos arriba, volví la cara y vi una vista impresionante, no pude reprimir, la frase de una amiga mía, que siempre que veía algo muy bonito, decía, ¡Bendito sea Dios! Y eso que yo, ya no iba demasiado contenta, con cierta compañía que llevábamos y pensando que me iba aburrir de lo lindo mientras estuviésemos en los merenderos.
Como a los merenderos, también tienen acceso los coches, estaban allí la mujer de Carlos y la de Paco (Rosi) con la que me llevo muy bien y me resulta muy agradable, hablar con ella, por lo que me alegré mucho al verla. Enseguida que me tomé mi bocadillo, nos fuimos las dos a pasear por el campo hasta las 4,30 que nos pusimos en marcha para hacer la vuelta. El camino, fue mucho más rápido y un cafre que venía con nosotros, intentando hacerme un mal, me dio una alegría, porque en la vega que está antes de pasar por lo de los toros, se puso a correr detrás de mí a todo galope, con el sombrero en la mano y dando gritos, imagino que para que mí yegua se espantara pero, esto me llenó de satisfacción porque esta, no se movió ni un centímetro de donde yo la paré, así que terminé la excursión muy satisfecha por haber podido comprobar, que la yegua es muy buena y que tiene una magnifica doma. Por lo demás el camino de vuelta, no merece la pena contarlo, solo decir que llegamos a las 7,30 de la tarde, totalmente de noche y que hay que saber beber con moderación.

21/11/08

Paseo improvisado

Como estamos con el viento de levante, es desagradable y no muy aconsejable salir solo porque este aire, les molesta mucho a los caballos y se ponen muy impertinentes, así que fui a la cuadra, con idea de seguir con la limpieza que el día anterior había empezado. Cuando entraba, subía Carlos del picadero, con su caballo de darle cuerda y preparado para salir, así que me dijo que si me iba a dar una vuelta, dije que sí (hasta ahora, nunca me he negado) y dado que ya no había tiempo para relajar los caballos, me decidí por Amoroso, que no sé porqué me infunde menos respeto que Calandria. Así que lo vestí a toda prisa y arriba. Estaba allí como siempre Paco y un chico (David) que monta muchas veces con él, alguno de los caballos que tiene, que no le da tiempo montarlos a todos porque ya se ha hecho con nueve y como la cosa, está mala en todos los sitios, pues no vende ninguno. Así que nos preguntó que adonde íbamos y le dijimos que a la cañada del Jaramillo pero que nos volveríamos antes que se nos hiciera la noche y nos dijo que nos adelantáramos, que ellos nos alcanzarían porque aun tenían cosas que hacer en la cuadra. Nos pusimos en marcha Carlos y yo y curiosamente, Campeón salió con buen paso, así que mi caballo, a pesar de llevar varios días sin salir, tampoco iba mal, lo único que amagaban las orejas y hacían intención de morderse mutuamente pero lo teníamos fácilmente controlado. Todo iba fenomenal hasta que llegamos al puente donde los chavales, pintaron los garffitis, Campeón se asustó y por consiguiente, Amoroso también, al mío se le pasó enseguida pero el otro, ya se disparató y empezó con el paso colado ese de “mariquita” que le dice Antonio el de Vejer y que es muy molesto porque hay que ir trabajando para que tu caballo no lo imite. Más adelante, había una agujero tremendo que debe haberlo abierto las lluvias y que antes no lo habíamos visto por las ramas, que seguramente el viento, ha apartado y no veas mi caballo que ya iba calentito con el otro, como se plantó de un salto encima de Campeón que iba a mi lado, para que decir los botes que dio este, ja, ja, son la leche estos animales. Llegamos al primer portalón y le dije a Carlos la hora que era para que no se nos hiciera la noche, así que nos dimos la vuelta, ahí ya Campeón no dejaba para nada el paso dichoso y el mío queriendo dar morcilla, lo paré varias veces, le reñí, incluso le tuve que pegar (flojito) y todo lo demás, cuando vimos venir lanzados a Paco y a David, dijeron que seguirían un poco y que nos alcanzarían, de vuelta, ya que nosotros íbamos al paso y ellos no. En vista que no había manera de controlar a los dos elementos estos, me puse a cantar colombianas y el resultado fue el de siempre, Amoroso le encanta el cante y dejó de hacer pamplinas como la de coger una rama y a continuación dar un salto para el otro lado, ( lo hace porque sabe que por regla general, no quiero que las coja) y de paso, Campeón fue calmándose un poco también, ya no hacía el paso de “mariquita” continuamente, solo de vez en cuando. Nos alcanzaron los otros dos y cuando cruzamos el puente ( mi caballo a trote cochinero que le ha dado ahora por hacerlo así a al vuelta) ya llevaba yo los brazaletes de luces encendidas porque se nos había hecho de noche. Grabé un poco de lo que le canto al caballo, no me lo tengáis en cuenta, que no soy muy mala con el flamenco y además era cuando los caballos venían alterados. Lo pongo aquí abajo para que veáis lo que hay que cantarles para que te presten atención y se calmen.
No penséis que tengo mucha cara, que lo hago con buena intención, ja, ja.

19/11/08

Lunes y martes, igual


Sigo con el mismo ritmo trazado, o sea, un día saco a uno y al siguiente a la otra. El lunes, salí con Amoroso al circuito porque el tiempo no acompaña a más, con sus hierbecitas y ayer martes, con Calandria. Con esta, además de sus 10 minutos de cuerda ( que ya se los he establecido para los dos )la galopo una vueltas en el picadero. Más por mi lado bueno, unas 15 veces y menos por el malo, 5 o 6. Ayer me salió muy bien lo del lado malo, la verdad es que no seguí porque esta yegua, al estar bien domada, es muy sensible a las señales, al parecer, tiraría un poco de la rienda, entendió que la estaba parando y así lo hizo. Como vi que había un chico esperando, pues me dio apuro y lo dejé para salir al circuito y darle de beber mi sangre y la de la yegua a la invasión de mosquitos que hay allí. Bueno la preocupación que me está asediando ahora es que estoy observando, que la yegua, no mueve le mosquero como lo hacía antes, es cierto que cuando sale sin más caballos, ella no va del todo entregada y confiada en mí y anda asustadiza, mirando a todos los sitios y preocupada por cualquier cosa que oye o ve pero a mí me salta la duda, si estaré haciendo algo mal. Me dijeron en Vejer, que yo le dejara la cara sueltecita, que no le cogiera las riendas, muy corta y así lo hago, tampoco es que la coja por el nudo. Las piernas, se las pego totalmente al cuerpo ( cuando puedo porque cuando está alterada, a ver quien es el guapo )incluso ayer, le tenía que estar dando toquecitos continuamente porque con el miedo a todo, se me retenía bastante pero la cosa, es que no sé si estoy haciendo algo mal y por eso no mueve el mosquero, como lo movía antes, o es que no va alegre, al no ir acompañada por más caballos y que todavía no se ha hecho a que vayamos solas. Por lo demás todo bien, es muy obediente a mis indicaciones y si nos tenemos que pegar a la derecha, sin problemas y si a la izquierda igual, no como mi Amoroso que no hay quien le meta en la cabezota, que tiene que ir por donde yo le diga, no por donde él quiere. Ayer estuve más animada y me costó menos, vestir a la yegua y trabajar con ella porque hay días que salgo mal de casa y vuelvo igual, cosa que antes siempre, venía animada pero quizás me está pudiendo en ocasiones, el gasto que me supone, mantener dos caballos, para disfrutarlos tan poco.

17/11/08


Si el sábado, estaba desanimada, el domingo la cosa había empeorado. Fui a la cuadra, con idea de ver a los caballos y marcharme. Cuando llegué Paco salía a montar acompañado de un chaval y de su hijo pequeño pero me esperó para hablar conmigo. Me quedé anonadada, por la mañana había estado allí Diego, mi antiguo compañero en la cuadra de Manolo, fue a preguntar si había sitio y las condiciones, le dijo a Paco que me conocía y que sabía que yo estaba allí y si salía a montar. Paco me pidió referencias y se las di buenas claro porque en lo que respecta, a pagar, es formal, es un señor mayor y es muy raro (aunque esto ultimo no se lo dije porque sé que ahora Paco tiene poca gente) pero ya sabéis lo que me pasó con él, por su culpa me tuve que venir de la anterior cuadra y ahora que está solo porque el vaquero, por el que me hizo el feo que me hizo, está enfermo, le han hecho varias operaciones y creo que ha perdido la cabeza, así que buscó otra cuadra por la zona de botafuego por ver si había más ambiente y en uno de nuestros paseos, nos lo encontramos, nos saludamos y me dijo que estaba solo y yo le dije, que yo salía todos los días y que nunca me faltaba alguien (cosa que no es del todo cierta pero por darle por la cara) así que después de dos años, ha ido a buscarme. Pensando estoy, si decide cambiarse allí, que le voy a decir porque desde luego, no pienso callarme y quiero decirle, lo mal que se portó conmigo, aunque desde luego, conociéndome como me conozco, lo pasado, pasado está pero esto, me recordó lo ocurrido, lo mal que lo pasé y me apenó mucho. Decidí darle un poco de cuerda a Calandria, me daba pena que estuviese todo el día en el box, solo 10 minutos porque me subí y galopé con ella un ratito, 16 veces para la derecha (mi mano buena) y 6 para la izquierda (mí mano mala) y parece que voy mejorando. Una vez hecho, me decidí y me fui al circuito, habían pasado las 5 y la tarde estaba muy fea y desagradable, la yegua es noble pero, cuando va sola, todavía no va tranquila y desconfía de cualquier ruido o cosa que vea que se mueve y más una tarde como esa. Llegamos sin novedad pero ya estaba anocheciendo, tuve que ponerme los brazaletes que tengo reflectantes y con luces que tengo para estas ocasiones. Le refresqué sus patas, le puse su manta y a cenar a su box. Por fin parece que va engordando algo y la veo muy guapa.

El cuello de Amoroso y las hierbas



Sábado y domingo, he salido respectivamente con Amoroso y Calandria al circuito chico. Estos dos días, no han sido bonitos, había nubes, viento de levante y por consiguiente, frío pero fui el sábado preparé el caballo y le di 10 minutos de cuerda, como estoy haciendo últimamente, para que se relaje, ya que está excesivamente fuerte. Pensaba entrar después a galopar un poco para acabar de trabajarlo pero mientras fui a cambiarle el cabezal, Paco me preguntó si había terminado para entrar con la potra y me dio apuro decirle que no, así que me subí y me fui a dar la vuelta al circuito. El ejercicio que hizo, no le sirvió para nada y enseguida noté que estaba nerviosillo, además el día no acompañaba, así que nada más salir, le dejé que cogiera unas hierbas, cosa que le extrañó porque siempre le regaño y tardó en hacerlo. En cuanto las tenía en la boca, me puse en marcha y es que es curiosísimo como recoge la cabeza. Hice esta foto, que aunque no se aprecia muy bien, se ve como le sube el músculo ese que me dijo el veterinario. Me dijo que el cuello no estaba bien musculado porque, el músculo, lo debería de tener encima y él lo tenía caído hacía abajo. Así fuimos todo el camino, cuando terminaba con las hierbas y volvía a sacar el pico, me paraba y le dejaba coger otra poca y así llegamos a la cuadra. Le refresqué un poco las patas y los bajos y ya le puse su manta para que esté calientito. Seguiré probando esto, a ver si consigo que se vaya corrigiendo así porque es curioso pero, no dio ni un solo tropezón, aunque la verdad, es que apenas lo hace últimamente.

16/11/08

Recuperando nuestros tranquilos paseos



Salimos el viernes. Mensaje de JuanMa y a la cuadra. Llegué antes que él, cosa que no suele ocurrir, preparé la yegua y me fui al picadero a darle cuerda 10 minutos. Luego me subí y ella enseguida, lo tiene bien aprendido, que allí se entra a trabajar. Pendiente de cada movimiento mío, para lanzarse a galopar. Después de sujetarla un poco, le indiqué que era el momento y salió perfectamente, a las 10 vueltas, me paré para hacerlo hacía la izquierda (mi lado malo) y solo dimos dos porque ella misma, como ve que no vamos bien, se para, cosa que yo le agradecí mucho. Dimos un par de vueltas para el otro lado y ya estaba JuanMa listo para irnos al campo. Salimos a la calle y los caballos bien. Cruzamos el puente de siempre y nos metimos en la cañada. Al llegar a cierto punto, JuanMa se puso al galope, yo esperé unos segundos y luego salimos nosotras, la yegua, apretó un poco el paso y se puso a su altura, los aguantamos así los dos juntos, un poco de tiempo y en vista que iban a más nos paramos. Algo más adelante, fui yo la que empecé a galopar y luego él. Esto lo estamos haciendo así por indicaciones de Antonio el de Vejer, que me lo comentó el otro día porque le dije que los caballos se picaban. Decidimos subir el monte para que trabajaran algo más y en vez de bajar por el otro lado, porque resulta más largo y se nos hace la noche, bajamos por la misma ladera pero más hacía atrás para ir cortando camino. Nos paramos a hacernos unas fotos y cuando arrancamos de nuevo, ( es curioso porque me ha pasado más de una vez ) Pirata se recalentó de lo lindo y por consiguiente, Calandria pero al rato, conseguimos calmarlos y terminamos nuestro paseo bien. Pues es una rabia salir siempre los dos solos pero... por un lado está Carlos con Campeón, que es para que lo aguante su padre, ya que los caballos al principio, se acordaban del ultimo día que salimos juntos y los tuvimos que convencer, que no venía, por otro lado, Paco con los niñatos, que por supuesto, tampoco quieren salir conmigo porque yo me he hartado de decir, que yo con ellos no iba a ningún sitio. Esto quiere decir que mis salidas, se limitan a esperar, que vaya JuanMa, que lo hace de higos a brevas, o salir yo sola, que si lo tengo que hacer lo hago pero que no resulta muy atractivo porque en ciertos caminos, no me puedo meter sola y ya estoy un poco cansada de ir siempre por los mismos. Así que esta es a situación, dos caballos, poco trabajo para ellos y mucho para mí.


14/11/08

Amoroso y las ramas

Hacía una tarde buena, así que preparé a Amoroso y me metí dentro del picadero, para darle un poco de cuerda con la ayuda de Turco, estuve diez minutos, luego le puse el cabezal y nos fuimos a la cañada. Increíblemente es la segunda vez que me cruza el puente bien, ya iba yo muy contenta con eso. No dejaba que se durmiera, en cuanto empezaba a relajarse, le arrimaba un poco las espuelas, ya que las piernas siempre se las tengo pegadas y claro, hay que conseguir el punto justo, que está entre no ir arrastrando las patas, a pasar a trotecito pero en eso, estamos trabajando los dos. En el camino, consiguió robar más de una vez una ramita, porque a veces pasamos por sitios que está demasiado frondoso y no me es posible evitarlo. Le hice un vídeo porque me llama la atención la postura tan buena que pone cuando consigue tener alguna hierba en la boca. Ya estaba pensando que se había portado de lujo, cuando al cruzar el puente de vuelta, la fastidió, empezó a mirar para abajo y justo cuando nos iba a rebasar un coche, le da por irse para en medio de la carretera, le tuve que aplicar la espuela, entonces, ya se puso a trotecito y de esta manera, lo pasamos, con mi consiguiente enfado y por supuesto que se llevó una regañina pero no me dejó demasiado disgustada porque creo que está mejorando mucho.

12/11/08

Se ha contagiado



Pues me lo temía pero como todo es doma pues... Cuando fui esta tarde, acababa de llegar Carlos y se metió en el picadero a dar cuerda, yo di unos paseo para arriba y abajo con Calandria por el pasillo y por una parte, no quería irme sola a la calle, sin haber entrado yo un poco y por otra, me daba apuro, irme sin decir nada, así que le pregunté donde iba y me dijo, que donde yo quisiera, o sea que contaba conmigo para salir. Cuando terminó, entré yo y después de un par de vueltas al paso, por decir algo porque iba fatal, me puse a galopar, tampoco empezó bien pero cuando ya parecía que iba entrando en calor, volvió Carlos que ya estaba listo para irnos a la calle. Así que cogimos camino al campo por mi decisión porque es lo que más me gusta. Al principio, iban bien, la yegua tranquila y relajada y Campeón, si dar mucha morcilla, teniendo en cuenta, que tiene que ir el primero. Cuando llegamos al punto donde decidimos volvernos, la cosa cambió, el caballo fue de menos a más con su paso colado y lo que yo me imaginaba, mi yegua contagiándose, cosa que me fastidia mucho porque esta yegua, tenía de bueno eso, que no se recalentaba, así que he tenido, que venir, con esa lucha, aflojando y tirando suavemente, dejándole más bien las riendas flojas, con el inconveniente que un par de veces, se me asustó y con las riendas largas, tenía que ir muy pendiente. A la salida del puente, sentí detrás que algo muy grande venía y aunque se paró, como tienen esa visión tan grande, lo vio, era un camión enorme, además de grande, muy largo y la yegua, de un salto, se me puso en el margen izquierdo del carril, que ya estábamos entrando pero por la derecha. Me dio rabia porque esta yegua no suele asustarse, eso lo hace porque se contagiada del otro y la verdad, que yo sé que se tienen que acostumbrar a salir con todo tipo de caballos y que si no va bien, es por mi culpa pero también recuerdo que un día que iba yo con Víctor y llevaba el caballo fatal (culpa de él que le va dando tirones continuamente de las riendas) nos cruzamos con un domador de por aquella zona, le estuvo diciendo, lo que tenía que hacer (cosa de las que él pasa totalmente) y a mí me dijo, que dos veces que salgas con él, tu caballo, acaba igual. Por lo que no puedo llegar a ninguna conclusión, ¿se debe o no, salir acompañados de caballos así?

11/11/08

Turco, el perro domador


Turco, es uno de los perros de Paco, siempre va con él a las excursiones por lejos que sea. Es un perro valiente y fuerte. Ya he comentado anteriormente, que me resulta cansino, darle cuerda a Amoroso pero el otro día, con la cantidad de agua y todo que había en el picadero, se metió conmigo. Paco le tiene acostumbrado a eso, aunque yo nunca se lo había permitido, hasta he llegado a amarrarle para que no me molestara pero la verdad, es que el otro día me ayudó mucho con el caballo, en siete minutos, había hecho el trabajo de veinte y yo ninguno. Como le dejé, hoy cuando me ha visto que iba con Calandria se vino enseguida detrás, yo no quería porque ella, va muy bien sola pero se metió dentro y no veas la yegua como se puso al principio, a galope tendido.
Es curioso porque no corre detrás, sino que se cruza de cara con ellos y algunas veces, sobre todo al principio, ha salido mal parado pero ya está cogiendo experiencia y junto con Lara, que es otra perra de Paco, que hoy estaba escondida porque esa es más endeble y el domingo hicieron una excursión, lo hacen muy bien y te simplifican mucho el trabajo. Esta gente sabe horrores. La yegua se calmó, empezó a trote y lo hacían de maravillas, tomé algunas fotos pero con el móvil, a Turco se le puede ver en una mejor pero en otras, sola una mancha marrón difuminada, el pobre se mete dentro del agua y todo. Cuando le tenga que dar otra vez cuerda a Amoroso, le voy a tener que llevar un filete porque se lo ha ganado. Después, estuvo con Paco que está domando una yegua y también hizo su trabajo. Intento por todos los medios, no tener contacto, con los perros que hay allí porque sé que su destino, es vivir poco y yo lo paso muy mal.

10/11/08

Menudo paseo



Me llama mucho la atención y lo veníamos comentando Carlos y yo, que compañeros de la cuadra, tenga un caballo, todo el año en el box, llegue la romería, el día antes, le den cuerda en el picadero y ala, a la calle y estoy hablando uno de ellos un caballo entero. El caballo, metido entre todos los demás como si nada, con el ruido tan tremendo de los equipos de música que llevan las carretas, el escándalo de la gente y sin inmutarse, no lo comprendemos porque no veas el paseito que se han marcado los caballos. El de Carlos, tiene eso, que suele ir bailando, la única forma que no lo haga, es si va el primero con distancia de nosotros y Pirata, que está muy fuerte lo mismo que Amoroso pero que a penas trabaja, ha dado la nota, nota cero que le he puesto, vamos. No ha tirado a JuanMa porque la verdad, es que el chico iba muy atento y cuando el caballo se reviró a una velocidad tremenda a la vista de unos escombros, se sujetó de maravillas, guardando muy bien el equilibrio pero yo lo veía en el suelo. Eso fue ya a la vuelta, a la subida de la vereda que lleva al puente, que algún buen ciudadano, se le ha ocurrido tirar allí los escombros. Todo el camino, con una lucha tremenda con él, cuando ha llegado a la cuadra, el caballo, iba empapado en sudor de la sofocación que se ha llevado y mientras le quitaba la montura, tenía la cara contra la pared y el labio colgándole y todo, parecía como si se fuera a caer. Como el otro bailaba, él quería también y JuanMa, pues intentando que no lo hiciera. Me dijo, le voy a romper la boca como siga tirando así y le dije que le soltara las riendas, a ver si se relajaba porque las llevaba muy cortas, no la aflojaba y se le estaba recalentado la boca y no veas la que se podía liar. A todo esto, Carlos no quiere que se corra pero hoy se encontró él un poco animado y empezó un galope corto, así que aproveché y le di también yo a Amoroso que poco a poco se puso a su lado, unos metros fenomenales pero al poco, los dos tiraban de lo lindo para pasar uno al otro. A todo esto, JuanMa aguantando al suyo porque no quería que galopara en ese momento, luego lo puso y nosotros lo esperamos. Ya no sabía que hacer, me intercambiaba con él los puestos por las veredas estrechas, me ponía delante, o me ponía detrás a ver como iba mejor y una de las veces, hasta le dio un topetazo en la culata a mi caballo que se sobresaltó. JuanMa estaba que echaba chispas porque no podía controlarlo.
Al final, mi Amoroso el más chulo. Es verdad que algunas veces pero muy pocas, por contagio, se recalentaba también pero al poco se le quitaba y otras, como es más lento, se ponía a trote cochinero para acercarnos a los otros pero no muy a menudo, la verdad es que hoy siendo un día complicado, se ha portado muy bien. Estoy contenta con él pero no te puedes confiar lo más mínimo, hoy una de las veces que íbamos al trote, dio un tropezón y no caímos de boca porque yo iba muy atenta y le presté de momento ayuda pero con eso ya sé que tengo que contar, además he observado, que todos tropiezan, hasta Calandria.

9/11/08

¿Lo sabemos todo de ellos?





Como el picadero, tiene mucho menos agua y se puede trabajar, más o menos en él, esta mañana me fui a dar cuerda a los dos para poder bañarlos bien, ya que por las tardes, solo los ducho ya que me da miedo que no de tiempo a secarse y se me enfríen. Así que por la tarde volví, Vestí a Calandria y nos fuimos. Cruzamos el puente y cogimos el carril para entrar en la cañada. Yo iba pensando en el graffiti del día anterior, a ver como se portaba y la yegua, iba para delante pero sin confianza ninguna en mí, ni en el entorno. Desconfiada mirando para los lados y sin andar como es normal en ella cuando va a gusto. Desde luego que todavía ella, no está hecha a salir mucho conmigo sola y menos por aquella zona pero es algo, que no tiene más remedio que acostumbrarse porque con el plan que hay en mi cuadra, rara es la vez, que salgo acompañada. Pasamos por el puente donde los niños hicieron los dibujos y como me esperaba, le dio miedo pero no hizo nada que me pudiera poner en peligro, solo ponerse un poco nerviosa y pasarlo a trotecito. En el carril, nos encontramos con una familia, estaban los chiquillos y el padre, subidos por en monte y la abuela con la madre en el carril, de pronto me vino a la cabeza, los domingos pasados en familia en mi vida, como íbamos todos hace años con mis padres a comer y como disfrutaba mi madre de llevarnos a todos por delante. Que añoranza y que pena más tremenda me entró. Metida en el campo, le canté un poco a Calandria pero ya no me encontraba del todo bien. Nos dimos la vuelta y no pude evitar seguir pensando esos momentos vividos junto a mi madre y no haber sido consciente de lo que tenía, de que tenía la oportunidad y los medios para disfrutar de ella y que aunque salíamos a menudo, primero cuando la familia estaba entera y después cuando la vida se encargó de ir haciéndola pedazos, seguíamos haciéndolo los tres y finalmente cuando mi madre pasó a ser “mi hija” se nos unió mi hermano y éramos los cuatro, con algunas excepciones, que se nos unía parte de los demás pero sobre todo, la imagen de mi madre, con sus nietas, a las que llevaba a todos lados y nunca les faltó de nada. Me tengo prohibido muchas canciones que le cantaba cuando estaba malita pero no pude evitar que me viniera a los labios una que a ella le gustaba mucho y me preguntaba, si se la estaba cantando a ella. Así que queriendo sacar las fuerzas de donde no las tengo, canté un trozo a modo de oración y con la esperanza que la estuviese oyendo y decirle que sí, que se la cantaba a ella. Esto que es parte de mi corazón herido como hija que ha perdido a su madre, quizás no sea el sitio de ponerlo pero lo he hecho porque la yegua, sintió mi pena y en ese momento, se encargó de llevarme y cuidarme ella, lo noté claramente, dejó de ir pendiente del entorno, como iba antes, predispuesta a asustarse con todo, para ir solo pendiente de mí y yo, descansé en ella, sin temor ninguno a lo que pudiera pasar, sabía que ella se encargaba de todo. Lo puede decir donde sea y muy alto. Estos animales, son mucho más de lo que nosotros creemos.

Buena nota para Amoroso





Cuando me dirigía, hacía el picadero, vi a Paco preparando por fin la bomba para sacar el agua que hay acumulada allí, le dije que esperara cinco minutos por lo menos, tiempo que es insuficiente para dar cuerda y que el caballo, estando como están de fuertes, se desahogara pero conté con la ayuda de Lara y Turco, dos de los perros de Paco, que los tiene enseñados que se metan con él y corran y ladren al caballo, así que resultó que en siete minutos, es caballo estaba listo. Lo duché y mientras se secaba, me terminé de preparar yo, luego lo vestí y nos fuimos a la calle. Tiré hacía el puente y me dije que no iba a prestar la más mínima atención al caballo, nada de decirle cositas bonitas, ni nada, no darle la mayor importancia para delante. Resulta que se ganó un 10, ha sido la vez que mejor lo ha hecho. Una vez pasado, no tuve más remedio que gritarle diciéndole lo guapo y precioso que es y acariciarle. Nos metimos en el carril y tiramos hacía la cañada, al principio iba fenomenal, incluso estuvimos parados un rato hablando con un amigo que me encontré.
Aquí está aprovechando que le hago la foto para robar un poco de hierba, que sabe que no le dejo que haga.
Al pasar por debajo de uno de los puentes de la autovía, había unos niños, haciendo graffiti y ahí empezó a revolucionarse pero no mal del todo, recorrimos un camino que me pareció suficiente y nos dimos la vuelta para que no me cogiera la oscuridad de la noche. Me pidió un poco de trote y se lo consentí, lo prefiero para que vaya espabilado, no sea que se me vuelva a dormir y tengamos otro episodio de rodillazo. Al pasar por el mismo sitio, los niños seguían allí y me paré un poco con ellos para que no le cogiera miedo al sitio pero no conseguí mucho porque volvió a alterarse un poco, además había unas niñas que hacían mucho aspavientos, así que seguimos adelante y cuando llegamos al puente del “miedo” que tan bien lo había cruzado a la ida, perdió casi toda la nota porque ya empezó con un trotecillo cochinero que hace para quitarse cuanto antes de en medio, mirando continuamente para abajo y con la intención de irse al medio de la carretera

7/11/08

Paseo y disgustos

Ya sabéis mí sensibilidad con los animales, pues hoy he tenido un malísimo día. Ayer, me dijo una compañera, que una yegua de Ismael, ( Tragedia se llamaba la pobre, se la vendió Paco porque no la pudo domar y él se creía que sí a palos y no pudo) llevaba todo el día pariendo y que ella, le había dicho al niño, que llamara al veterinario y que él le dijo que no, creo que al final lo llamaron, no me he querido enterar de nada más, la cosa es que madre e hijo, han muerto. Es fuerte que lo diga pero de la única forma que me consuelo, es pensar, que posiblemente, sea lo mejor que les ha podido pasar a los animales, lo mismo que al perrillo que hemos visto en el carril cuando íbamos al paseo, me recordaba mucho a mi Calcetines cuando era un cachorrito, este tendría un mes, más o menos, estaba jugueteando en la puerta de la casa, parecía un peluche y a la vuelta, estaba tendido muerto, ni siquiera se han dado cuenta y algún coche lo ha atropellado. Me ha faltado poco para ponerme a llorar, me he controlado porque venía JuanMa pero me he desahogado, llamando cafres y bestias, a todos los tipos estos que viven por allí y que no tengo más remedio que tratar y que le dan tampoco valor a la vida de los animales. Me hace mucho daño estas cosas y no tengo más remedio que convivir con ellos si quiero tener caballos. En fin, a otra cosa.



Mensaje de JuanMa y salida al campo. El picadero, seguía lleno de agua por lo que nos fuimos, sin que los caballos, se relajaran un poco. Los botes que daba Pirata eran tremendos y me yegua contagiándose, cosa que es normal, a pesar que yo conseguía calmarla ratos. Por allí nos encontramos con dos caballistas, un niño y su padre. Son nuevos en ese carril pero ya nos hemos visto en alguna ocasión y muy chulito él, le dijo a JuanMa, que como los animales están disparatados de no poder trabajar con el agua que hay en los picaderos, que había cogido una vara porque desde luego, él no aguantaba un caballo que fuese dando botes como iba Pirata y yo le dije, que bueno, pero que depende del caballo porque hay algunos que si le sacas la vara, es peor, cosa que no tuvo más remedio que darme la razón. Nos despedimos en el cruce del puente. En el camino, se han portado mal a ratos pero mucho peor Pirata y por su culpa, es por lo que se me descontrolaba la yegua, que el camino de vuelta, me hizo gran parte del, maravillosamente, con un paso, imposible de alcanzar y dándole unos meneos al mosquero que no veas, JuanMa, tenía que trotar de vez en cuando para ponerse a mí lado, quien me ha visto y quien me ve porque eso es lo que hago yo, cuando voy con Amoroso. Como el caballo iba tan disparatado, le comenté a JuanMa, mi opinión sobre esto. Algunos de allí, cuando los caballos van así, les dan un buen galope para que se cansen y yo opino que cuando están así, el galope, se le debe de dar, en el picadero porque en un carril, como se pongan locos, a ver quien los para y le dije, prueba a ver. Efectivamente, el caballo que tiene un galope corto precioso, salió dando unos botes tremendos y haciéndolo fatal. Yo galopé un poco también pero así es imposible, la paré y más tarde, salimos otra vez, ya Calandria iba galopando mejor pero Pirata, estaba picado y lo que quería era pasarnos y correr desquiciado, así que lo dejamos y no subimos el monte, sino que volvimos por el mismo camino llano, que habíamos llevado.





Nos ha oscurecido en el camino y nos hemos tenido que poner los brazaletes con luces, que tengo para la ocasión porque ya al final se hizo de noche. He vuelto a mi casa, con bastante pesar por lo pasado a estos animales, o sea que, lo que por un lado he disfrutado, por otro me he disgustado.

Un paseo más


Simplemente por decir que salí ayer a dar una vuelta por el circuito con Calandria. El picadero estaba igual de agua, aunque parece que ya Paco, le debe de dar apuro de verme por allí y me ha dicho que hoy iba a sacarla, así que como el día anterior, había dado cuerda a la yegua, pensé que aunque estuviese fuerte, la podría dominar y nos fuimos. La yegua se asustó en el momento más inoportuno porque vio un plástico grande, de los que cubren las alpacas de heno, que el viento lo habría arrastrado y justo en ese momento, venía un camión grande pero pasó el miedo y se calmó el resto del camino. Nos encontramos con un amigo, que nos hizo esta foto y seguimos. Al subir la cuesta que va hacía la cuadra, hay una fabrica de maderas y unos perrillos que cuando pasamos, nos ladran pero que no le damos importancia, yo siempre les digo algo a ellos y los caballos no suelen alterarse pero no sé si fue eso o algo distinto que vio, que se volvió a alterar, para colmo oigo detrás de mí un ruido tremendo y eran dos todos terrenos que con carros vacíos, que al pasar por los agujeros que hay en el carril, daban unos saltos tremendo y formaban un escándalo que no veas, les tuve que hacer señas con la mano para que aflojaran porque estos tíos, van a toda leche y les da igual que vayan caballos, que personas o lo que sea. Me metí en un hueco a la derecha y pasaron, así llegué a la cuadra, con la yegua, toda desconfiada, por lo que no me bajé al llegar, sino que me fui a bajar y subir el pasillo que lleva al picadero y en un par de ocasiones, lo hice a galope. Cuando vi que ya ella estaba, tranquila, me bajé y la llevé a su box, después de remojarle las patas, ya que ayer, ni siquiera sudó y para colmo, se me olvidó ponerle los protectores y se había herido en la mano izquierda. Lo noté en el camino, porque dio, un par de cojeadas. Bueno después de todo lo que he contado, no creáis que lo pasé mal, en realidad, todo es doma, como dicen aquí.

5/11/08

Después de las lluvias

Los he puesto a beber juntos, quiero que se lleven como hermanos porque estoy notando celos entre ellos.
En la primera foto, nos hacemos una idea.






Hoy el agua en el picadero, estaba más o menos igual, salió alguna, con la zanja que hice pero al estar el centro más bajo, cuando llegó a cierto nivel, dejó de tirar, así que se notaba poco pero estaba decida y metí primero a Amoroso. Allí había un compañero, que me ha dicho que mañana iba a meter él si tenía tiempo la bomba, ya que Paco, está pasando del tema. Así que entramos en el y estuve dando cuerda al caballo 20 minutos, iba a un trotecito digno de ver. Lo habían herrado por la mañana pero no creo que eso fuera el motivo de esos pasitos, tan cortos y graciosos que le ha dado por hacer hoy. La cosa es que salimos de allí, le enjuagué un poco con la manguera y lo puse a secar al sol, mientras me metí con Calandria y esta yegua es cómoda, hasta para eso. Hay que ver lo rendida que salgo, cuando se trata de Amoroso porque hay que estar estallando el látigo continuamente y diciéndole cosas para incitarlo a que vaya con más animo, es un flojo total, y salgo cansadísima con él, sin embargo la yegua, es un encanto. Primero da una vuelta al paso, que es como se debe hacer y luego ya empieza a trotar, no tengo que enseñarle el látigo para nada y trabaja, hasta que le digas que pare, igual hace cuando galopamos dentro, hasta que no la paro, ella continua, sin embargo el penco este de mi alma, hay que tener una lucha continua con él. Así que le di también una duchita a Calandria y tal como lo pensé lo hice. Vestí a Amoroso que ya estaba seco y nos fuimos al circuito, era un poco tarde, las seis menos cuarto y como se tarda tres cuartos de hora, cuando entrábamos de vuelta, estaba empezando a oscurecer pero hoy, la cosa no ha ido mal del todo, tampoco tenía yo muchas ganas de peleas, así que unas veces, le he dejado que fuese por la izquierda, que es por donde él quiere y otras, le he obligado que fuera por la derecha, que es por donde quería yo. Tengo que comprobarlo cuando vaya con Pirata, su paso sigue siendo corto pero creo, que ahora es más rápido y por supuesto que no le dejo, que se distraiga lo más mínimo porque no me fío de él ni un pelo, no sea que de otra vez un rodillazo. He visto en el cielo, al llegar a la cuadra, unas pájaros que me ha impresionado por la cantidad que iban, como mínimo cien, creo que eran cigüeñas, volaban muy alto y creo que irían de paso, no pude sacar fotos porque no llevaba la cámara y como estaba algo oscuro, no creo que con el móvil se viera mucho pero ha sido un espectáculo muy bonito. Me alegro que después de tanto que he trabajado hoy, he podido disfrutar un poco.

Los efectos de las lluvias









Ayer ya no llovía pero así estaba el picadero. Saqué a los dos caballos, que estaban en sus boxes y los puse fuera mientras con una pala, hice esa pequeña zanja, ya que estaba sola y no tenía otra herramienta que una pala y con dolor de espalda que tenía desde el día anterior, así que hice lo que pude. Me metí dentro y ayudando con la pala, saqué algunos litros de agua pero aquello como podéis ver, es como quien busca una aguja en un pajar. Cuando llegó Paco, me dijo que eso era para nada porque el del tiempo, habían dado, más agua pero yo le dije que algo, había que hacer porque yo no podía salir así con los caballos y me dijo, que la ultima vez que llovió que él había puesto una bomba de agua y que para nada por la cantidad que había, cosa en la que no estoy de acuerdo con él porque si por lo menos, por los filos se puede andar, pues algo es algo, lo que pasa, es que aquí, cada uno va a lo que le interesa. Así que abrí totalmente una puerta de las que dan al pasillo, que lleva al picadero, de forma que el caballo, pudiera correr por allí y no tuviese salida, ya que la puerta abierta, cierra el carril. Cuando lo llevé aalí, le vi como intención de levantarse de manos pero él mismo al darse cuenta de lo que iba a hacer, se cortó, e inquietó. Me quedé helada porque nunca había hecho nada igual pero es que es demasiado tiempo sin trabajar a fondo este animal. Primero con el calor del verano, que yo tengo mis horas para poder ir, luego con las heridas y por último, la lluvia, además de tener que alternar con Calandria las salidas. Así que le solté y corrió pasillo abajo como un loco, se metió dentro del picadero, allí retozo lo que pudo, por el agua que hay y me fui con cuidado a por él para que subiera de nuevo el carril y así lo hicimos, varias veces. Yo me metía al verlo venir en una de las corraletas que hay a lo largo del mismo porque no veas como estaba el señor. Cuando se relajó un poco, pude sacar este vídeo para que os hagáis una idea de cómo está aquello. Luego le quité el barro que pude con la ducha sin enjabonar porque no quería tenerlo mucho tiempo mojado para que no se enfríe y listo. No hizo mucho ejercicio pero al menos, algo se
desahogó. Como veréis, sacó su sangre árabe para levantar la cola, cosa que hace muy de tarde en tarde, ya que es más español que otra cosa.