17/9/08

Circuito largo
















Salimos temprano para ir tranquilos. Me encanta hacerlo con JuanMa porque somos parecidos en algunas cosas y esa es una de ellas. Ya he comentado que antes de adentrarnos en el campo, forzosamente tenemos que cruzar el puente sobre el río y que abandonamos el asfalto para coger una vereda cuesta abajo y que el agua al correr por ahí, ha dejado un escalón. Pues bien, a Calandria no le gusta nada de nada. Ya lo hemos pasado tres veces y con dificultad, cada vez voy pensando a ver si esta ya lo pasa mejor pero nada. Para colmo, al bajar la vereda, nos encontramos que tenemos que pasar muy cerca de un puente por debajo de la autovía, lo cual tampoco le gusta a la señora, así que tengo seguido dos momentos de tensión, luego ya vamos poco a poco entrando en el campo y se va calmando. Pasamos por un cañaveral que está en la ribera del río y que a mí me resulta precioso.














Al salir de ahí, hay un árbol enorme y muy bonito que parece que marca el final de ese camino para que entremos en la cañada. Nos metemos en ella y vamos dejando a un lado las tierras de la finca de Fernando Alpresa con su yeguada.

Seguimos ese camino hasta llegar a una “angarilla” que JuanMa con su Pirata, ya es todo un experto en abrirla sin que tener que bajarse del caballo. Recordamos las veces que tuvo que intentarlo hasta conseguir que el caballo se coloque ya prácticamente solo para que él la abra.


Continuamos por el carril hasta llegar a un portón que han puesto nuevo para que las vacas no bajen a beber al río y han tendido una maya de espinos para que no pasen, ya que este está en la misma cañada. Subimos el monte por primera vez mí yegua y yo, aunque sé que un bestia (y me refiero al que iba arriba) la subió en una ocasión que yo sepa con ella. Yo quería que supiera que conmigo iba a ser distinto y lo hicimos como se debe, al paso metiendo riñones y hablo de un monte de mucho respeto por lo empinado y alto que es pero en esas cosas se nota, la buena y lo bien domada que está. Lo subió muy bien. El cielo estaba precioso el paisaje limpio y la tarde maravillosa porque ya a esa hora, no hacía calor, la temperatura era ideal para pasear por el campo.

Una vez arriba, el paisaje te ensanchaba el alma. A la izquierda el campo total y a la derecha, el Peñón de Gibraltar sobre los dos mares.















La bajada por el otro lado, fue tremenda. Siempre ha sido difícil pero hemos visto que han estado trabajando camiones y maquinas en la finca y el resultado es que las pendientes, son muy pronunciadas. Yo iba desconfiada todavía porque como tengo la mala experiencia de Amoroso, pues me entra la preocupación de cómo lo hará Calandria pero la verdad, es que lo hizo de maravillas. Al final llegamos a una explanada donde JuanMa, dio un poco de galope a su caballo y yo mirando que tal se portaba la yegua, me refiero que parada y observando que no se recalentara. Después no lo pude resistir y me lancé. ¡Galopamos! Solo un poquito porque aun no tengo confianza pero de dulce. Galope corto y suave. Una autentica gozada. Quiero mucho a mi amigo Amoroso y estoy deseando que lo eduquen para que pueda hacer estas cosas que hace Calandria porque él merece saberlo.

1 comentario:

Bruja dijo...

Aqui estoy Pili, bueno veo que cada dia vas mejor con ella, enhorabuena, ves??? cuanto te preocupabas por nada??? lo del agua, y lo de bajo el puente, pues ten paciencia, si es algo que la da miedo le tardara bastante, pero cuanto mas pase por ahí, y mas decidida te vea a ti empujandola y sin temores para pasar mejor, porque los caballos actuan por repetición y cuanto mas pase, mas se acostumbrara a ello, y por decisión del que va arriba, si ella ve que tu estás decidida y no te siente ningú nmiedo, pasara mejor que si te nota a medias tintas, ellos se dan cuenta.

Asi que os veo fenomenal. Cuando vas a llevar ya a Amoroso???

Un beso