22/9/08

Amoroso y Calandria



El sábado después de algunos días sin salir con Amoroso, decidí darle un paseo. Así que le eché la montura y nos fuimos al picadero. Está gordísimo porque comiendo y sin hacer ejercicio, es normal que esté así y además, salió muy fuerte pero prefería que fuera así que no cansado y relajado para que no arrastrara las manos. Le puse los protectores de rodillas por si acaso y nos fuimos. Iba como era de esperar, muy rápido y nerviosillo pero no tropezó en ningún momento. Tuvimos todo el tiempo una lucha tremenda porque se empeñaba en pegarse a la izquierda y yo quería que fuéramos por la derecha y claro cuando le arrimaba las espuelas, como estaba alterado, pues lo que pretendía era correr, aunque por supuesto que no se lo permití. Cuando vio que yo soy una pesada y que no dejaba de insistir y le estaba dando la tarde, pues cedió y se pego al lado que yo quería. Cuando llegamos a la cuadra, los protectores, se le habían bajado un poco y parte de las heridas, se veían. Tengo que ver como lo pongo para que me pase esto porque entonces es como si no los llevara. Terminamos nuestro paseíto y después de su ducha, le regalé dos manzanas verdes, las cuales devoró con mucha ansia. Para primero de mes, tengo pensado llevarlo a Vejer, aunque sé que esto me va a costar mucho y algunas veces me entran las dudas.

El domingo era de los días que me siento fatal desde que me levanto. No sé si el trabajo del día anterior en la parcela, o la humedad de la noche con la pastilla de la alergia, hizo que me sintiera tan mal, que lo que quería es estar todo el tiempo en la cama. Pero siendo consciente, de lo mal que esto me va y las consecuencias que me traen porque si lo hago una vez, quiero hacerlo todas, después de comer, haciendo un gran esfuerzo, me fui a la cuadra. Saqué a Calandria de su box, estaba sudando porque a pesar que el sol apenas lucía, el calor era sofocante. Le eché la montura con intención sólo de trabajar un rato en el picadero pero al mismo tiempo que yo, llegó Carlos que pensaba dar picadero a su caballo para salir con Paco. Así que entré yo la primera, le di unas vueltas al paso y seguidamente la puse a galope hacía un lado, lo hizo bien, aunque hizo intención de pararse pero yo no la dejaba, solo dimos una vueltas, luego para el otro lado y no llevábamos cinco minutos, cuando llegaron unos “espectadores” cosa que no me gusta nada. Así que abrí la puerta y nos fuimos al circuito. El calor era agobiante y Calandria, iba como si viniera de trabajar en la sierra. Es la primera vez que le tengo que dar durante un paseo, avisos con los estribos porque se me estaba durmiendo como Amoroso. Me gusta mucho ver, como esta yegua se está adaptando a mí y poco a poco, vamos congeniando más, aunque para subirme y no correr riesgo, pedí otra vez que me la sujetaran, lo haré así unos días hasta que se le olvide. Hoy le he contado a mi padre, como se portó ayer después de no haber salido un día y de no haberle trabajado siquiera antes y me ha dicho que en definitiva, ha sido un acierto comprarla. Espero que una vez más, tenga razón ya que se suele equivocar poco, dado a su experiencia en la vida que pocos pueden tener ya que ha cumplido 99 años gracias a Dios.


1 comentario:

Bruja dijo...

Ole Pili que bonito, y mira te iba a preguntar precisamente si no ibas a sacar otra vez a amoroso, y me has pisado la pregunta, ya veo que muy bien, y si, es mejor que vaya asi, que no de la otra manera, genial, y si Pili llevalo a Vejer, porque seguro qeu despues te alegras mucho.
Y bueno Calandria pues nada te veo super genial con ella y muy feliz, y me alegro y me ha emocionado mucho lo de tu padre, que bonito, o sea que a el le parece bien, y le cuentas las cosas, me encanta, desde luego que tiene que tener experiencia en la vida, como no

Besos