5/2/09

Candelaria 8



















Voy a empezar, poniendo un vídeo, que aún no me habían mandado, de mi amiga Piluca, bailando las sevillas en nuestra casa para que veáis el ambiente, tan agradable que suele haber en las casas. Ella es de Cádiz y lo que sabe bailar, es por fiesta y como ya he contado antes lo hizo de maravillas pero no tengo la grabación pero esto, a pesar que no las sabe, no lo hizo nada mal . Eso fue el viernes por la noche y eramos desconocidas para ellos. Para que veáis, el ambiente tan agradable, que suele reinar en las casas.












Llegó el sábado, me fui a la cuadra para echar grano a la yegua y que fuese comiendo mientras nosotras, nos arreglábamos y desayunábamos, pero vi, que no se había comido el del día anterior, solo heno, cosa que me alegró en cierto modo porque estos animales tan nerviosos, casi es mejor así, no es conveniente, que cuando tengan estos trajines coman mucho. Así que nos fuimos a desayunar esas tostadas con aceite y jamón que están buenísimas. Después fui a comprar una cadena barbal porque la que llevaba, con la limpieza que le di, perdió algunas argollas y no me fiaba de ella y nos fuimos a sacar la yegua.



Esta es la puerta de la cuadra desde fuera, veis la buena pinta que tiene.






Todo está acondicionado para los caballos, argollas en las paredes de las puertas y en las casas, que hay porche, que son todas por delante, están los palos para atar los caballos. Cómo he dicho anteriormente, en la aldea, todo está concebido para comodidad, del caballo, aunque imbeciles, te los encuentras en todos los sitios porque me crucé con uno con un todo terreno, que no era normal allí, como iba de ligero, le hice señas para que aminorara y me dijo un taco, al que yo le respondí por su puesto porque a mí, quien me busca me encuentra, ja, ja, como sé que alguna (mi prima) le gustaría saber que le dije, lo diré, el me dijo... ¿qué quieres coño? Y yo le dije ¡ qué vayas mas despacio pisha ! ja, ja. Bueno pongo esta foto, para que veáis lo de los palos. Aquí estoy yo toda loca, la noche anterior, subiéndome a uno para luego a la grupa de Ismael, que como veis la yegua es bastante alta y domada por él.












Continuo con el sábado. Vestí a la yegua y no quería, que ni mis amigas, ni ella se diera cuenta, de la preocupación (también llamado yuyu ) que tenía. Es muy noble y buena pero solo está domada, en un picadero y alguna vuelta por el campo, nunca ha estado en aglomeraciones con caballos, carros y gente, eso lo iba hacer conmigo por primera vez, aquí estoy yo otra vez, lanzada y quizás con falta de cordura porque, cuando se lleva alguna vez a un caballo, en las condiciones de inexperiencia, que la yegua tiene, se suele ir abrigada, por dos o tres caballos más, así lo hemos hecho en todas las cuadra que he estado, cuando se doman los potros y se sacan a la calle pero como estaba sola, pues la preparé y me subí, di unas cuantas vueltas en el callejón aquel, para arriba y para abajo y nos fuimos a la casa de la gente de Los Barrios y Algeciras, con los que habíamos quedado para ir a la raya. Cuando llegué busqué a Ismael que le puso la cadena barbal al bocado y se ofreció para acompañarme un poco ( es muy buen chico ).

Dejamos a mis amigas en un bar y nos fuimos en dirección a la raya. Hasta entonces, la yegua, andaba desconfiada, más o menos normal pero cuando oyó los primeros cascabeles de un carro que iba tirado por unas mulas, no veas lo que le entró, empezó a mirar a todos lados, ya iban apareciendo algunos caballos más pero todavía no había empezado lo bueno, así que ya estábamos dentro del camino de Villamanrique con unas arenas que les cubre por supuesto el menudillo y algo más, cuando le dije a Ismael, que no podía con ella, que no conseguía que se calmara, que si le parecía, ahora que no había gente, la galopara, me dijo que adelante y me puse a galopar camino a Palacio pero iba fatal, lo que no hace nunca, intento tras intento y dando cabezazos, le dije que seguro, que le había apretado mucho la cadenilla, así que se la aflojó un poco y empezamos a entendernos mejor, yo subía y bajaba por el camino, ella muy lista, no quería la arena virgen, buscaba el surco de alguna carreta pero yo la obligaba para que se cansara un poco, así empezó a sudar, en eso, me dijo Ismael, que nos metiéramos por un camino de la izquierda, lleno de pinos, que no se veía que hubiese gente, luego me dijo mi primo, que es que trae la hermandad de Hinojo, por allí galopé y galopé, solo se oía el ruido que hacía la yegua al respirar y el de los cascos, acompañado del canto de los pájaros entre los pinos, lastima que fuera tan poco tiempo. Nos volvimos a la casa, donde estaban organizados ya para salir a comer al campo, que en realidad, es lo que se hace ese día, una comida campera. La yegua había sudado bastante y estaba más relajada. Subieron al carro y a los coches y resulta que me había quedado la ultima con la yegua, por lo que tuve que ir sola hasta la raya, al principio, empezó a tener miedo otra vez porque no íbamos por donde anteriormente y tuve que emplearme con el estribo y enfadarme un poco, al fin llegamos al sitio, que ella ya conocía, pasé el puente del príncipe y el del ajolí, ya con mucho ambiente de carros y caballos y los coches que solo podían pasar el primer puente y quedarse en una enorme explanada. Al principio, no los encontraba porque me había pasado de largo, he de decir que la yegua se portó increíble, con la de gente que había, incluso andando por allí y fue fenomenal, desde luego, que es una maravilla. Por fin di con ellos, me bajé de la yegua, la até a un árbol y nos quedamos allí, comiendo y charlando. De pronto se me sentaron delate dos señores de la reunión, uno de ellos conocido y me dijeron que querían hacer trato, que uno de ellos, le había gustado la yegua y que me la quería comprar. Ya sabéis mi respuesta, no la vendo, es imposible, me dolería mucho deshacerme de ella y solo lo haría por necesidad, a pesar de esto, le dije que la montara, le estuvo moviéndole el bocado para verle la boca ( es un caballista conocido de Algeciras y entendido) y se subió en ella. Pongo esta foto de él porque no sé como es posible, que se me haya pasado hacerme alguna.
Ya veis que pedazo clase tiene mi yegua.
Cuando se bajó (tengo un buen oido de profesión) le dijo, saca el taco y dale, lo que te pida, que la yegua, lo vale. Se me acercaron de nuevo para decirme cuanto quería, que se le había antojado y que me la quería comprar, a lo que seguí insistiendo, que era superior a mí y que no podía porque yo ya la quería, así que terminamos la conversación diciendome, que si lo pensaba, que les llamara.

1 comentario:

Bruja dijo...

Pili ya me parecia a mi que no era posible que hubieras acabado la historia ya, bueno veo que por fin habls de la monta, de ir por ahi con los caballos en ese bendito sitio, que mravilla por las arenas tiene que ser espectacular y galopara por ahi, por lo que veo se porto bien, las cosas normales del desconocimiento pero muy bien, me alegro mucho y tu una valiente como siempre

Besos