18/3/09

San José 2009 - 1










Además de la Romería del Rocío en Pentecostés, con la culminación de la salida de la Blanca Paloma de su ermita, el lunes resultante de contar los cincuenta días después del Domingo de Resurrección , todas las hermandades rocieras durante el año hacen una peregrinación oficial y corporativa. Cuando estuve en la Candelaria, le correspondía a Triana, ahora es a Sanlúcar de Barrameda, al ser la semana anterior a San José, se le denomina, el camino de San José. Pasar por El Coto de Doñana, es un privilegio de las hermandades de Cádiz, solo ellas tienen derecho a hacerlo. Sanlúcar es la mayor de las hermandades y en esta ocasión, también les acompañaba San Fernando. Para pasar, necesitas un pase que previamente, hay que comprarlo y que va con tus datos personales y además, durante todo el recorrido, te encuentras con vehículos todo terreno, perteneciente a la hermandad, que se encargan junto con la guardia civil y los forestales, de que todo esté controlado. También hay médicos y veterinarios. Ahora os contaré algo de lo que me pasó haciendo este durísimo camino. El primer día, se suele hacer 33 Km y el segundo 18. Empezaré por decir que la noche del jueves, dormimos en Sanlúcar, a la yegua le llevé a un picadero el cual me gustó mucho.

Este camino, suele llevar apoyos con carriolas tiradas por tractores pero también van carros enganchados por caballos, o mulas, este ultimo era nuestro caso. Formábamos el grupo siete, el conductor del carro, un chico de aprendiz y también iba un hombre a caballo, que iba de ayudante y luego resultó que lo que iba era a lo suyo, las mulas eran tres y el carro iba a tope y eso que solo llevaba comida porque nuestros bultos con tiendas y colchones, iban en una carriola de un amigo.
Bajé temprano para desayunar, ya que habíamos quedado a las ocho para salir pronto y cuando me desesperé por la calma de los demás, cogí sola un taxi y me fui a la hípica donde mi yegua estaba esperando, la preparé tranquilamente y me monté, me fui hacía la playa en compañía de un señor que conocí allí y llegué hasta donde estaban los caballos y carros embarcando. En vista que mi prima Rocío y Fili, no aparecían, me recorrí otra vez la playa hacía la hípica llamándolos y al final como no terminaban, fui de nuevo a la hípica donde me los encontré liados todavía. Mis nervios iban en aumento pero llegado a un punto, comprendí que lo tenía que tomar con calma, ya que la cosa no tenía arreglo.















Por fin nos pusimos en marcha y nos metimos en la cola del embarque, que resulto como siempre, apurada y excitante porque como podréis ver, los caballos y jinetes, estamos todos apelotonados y dirigidos en grupo para embarque por la guardia civil. Yo iba un tanto recelosa por Calandria pero a pesar en cuando íbamos por la playa me dio la grande con los culatazos, en la cola, se portó de maravillas y embarcó de lujo, no hizo ni un solo movimiento extraño, a pesar que el tío de la barca, me dejó en puerta para subir, que como sabéis es mejor entren arropados por otros pero no le hizo falta, fantástica la subida y la bajada porque en esto hay mucha gente que se lesionan, ya que los caballos asustados, se resisten o se asustan y suelen dar mas de un pisotón a sus jinetes, que tienen que hacer la romería cojos. Calandria miraba al agua con mucha curiosidad y con cara de asombro.












Bueno, aquí paro un poco para que no se me olviden los detalles más importante que os tengo que contar.






1 comentario:

Bruja dijo...

Hasta aqui de maravilla Pili, quitando tus nrvios, mujer que tienes ya que estar acostumbrada a que la gente se lo toma con calma, pero muy bien lo veo todo de momento, y creo que por toda la romeria porque me parece que lo pasaste genial, me has dejado en lo mejor ohhhhh, sigue pronto con el relato, esta preiosa la playa vacia y tan grande, veo que Calandria se porto genial para subir ala barcaza, no me equivoque ehhhh, un beso Pili