31/10/08

¿Conseguí dominarla?


Hoy está otra vez lloviendo, menos mal, que ayer me lancé y salí con Calandria porque hoy, no sería posible.
Llegué a la cuadra y lo primero que hice, es ir a ver el picadero, el agua estaba como en la foto que he puesto en el post anterior, en el centro un gran charco y por los filos, ya se veía tierra, así que, preparé la yegua y me metí dentro. No tuve dificultad porque ella ya la había visto el día anterior cuando le di cuerda pero como el agua, parece que no le gusta mucho y además, se ha puesto de color muy feo, pensé que a lo mejor no quería entrar pero lo hizo bien. Una vez dentro, la cosa no funcionaba bien. Estaba fuerte y cada dos pasos bien, daba dos o tres golpes de culata, así estuvimos unos minutos. Pensaba que tenía que galopar pero mirando el agua, a la yegua y el poco terreno que había seco, valoraba yo si era o no conveniente, no fuese a darme un baño involuntario. Fui controlando ese botecito de culata, especie de retrote que hace solo, con la parte de atrás. Ya sabéis que monto a la vaquera, por lo que la rienda, la llevo en una sola mano. Aquí le llaman hacer el muelle, tiran y aflojan, no sé en otro sitio pero yo me quedaba en medio del piano que dice Cris y el muelle, movía suavemente los dedos pero suficiente para que ella lo notara y debido, a que está bien domada, metida en el picadero y sin malas influencias, de otros caballos, fue suficiente. Mejoró notablemente por lo que me decidí a galopar, salió perfecta hacía la derecha, aunque como no me fiaba del agua, a las cuatro vueltas, la paré, ella muy dispuesta y disciplinada, a mi sola intención, se dio la vuelta y galopamos hacía la izquierda, esta vez solo dos vueltas porque yo para ese lado, me siento incomoda y no lo hago bien, así que la paré y decidí irme a la calle, pensando que ella, con esas vueltas y ese galope, ya se me habría entregado. Fuimos sólo al circuito pequeño porque la tarde, estaba amenazando agua y hacía viento frío. Salió muy bien y a la altura de donde Amoroso se me empezó a disparatar el otro día, se puso nerviosa y no dejaba de mirar sobre todo a la derecha. Yo con mi toque de dedos. Como la veía que no estaba del todo calmada, me inventé unas letras, basadas en el cante de la trilla y adaptadas a mi yegua, ja, ja fue un autentico bálsamo de Fuerabras. Me encanta la docilidad de esta yegua y que solo hay que decirle las cosas una vez. Me situé a la derecha en el carril al salir y sin moverse ni un centímetro para el centro o la izquierda, llegamos a la cuadra, con un movimiento de mosquero que me hace mucha ilusión porque mi Amoroso, pocas veces me da ese gusto y cuando lo hace, enseguida para. Este tiempo es de lluvia, si el caballo, estuviese en Vejer, muchos días, no lo podrían trabajar y la economía no está para tirar el dinero. A veces pienso, que quizás, ahora que sé, como debe andar un caballo, lo mismo, con paciencia, puedo conseguir, que lo haga mejor. Ya sé que todos son excusas para no separarme de él pero quizás sería conveniente, llevarlo más adelante, después de que lo intente yo.

30/10/08

Amoroso, ten cuidado que viene el gitano




Ayer me metí el la laguna que era el picadero.(hoy estaba así, algo más baja) Me puse unas botas altas de agua, primero entré con Amoroso. A él, resulta agotador, hacerle que trabaje, así que lo tuve poco más de 15’ pero como estaba en el agua, pienso que con eso fue suficiente. He oído, que caballos con problemas, los han preparado en el mar Me contaron una historia, de un hombre que se mató en el campo con un caballo. Era de esos que le decimos desertores. Lo compró un domador que le gustó, no recuerdo el nombre, pero lo trabajó en el mar y llegó a ser campeón de España. La vida de los caballos es así, se le antojó a otro que consiguió comprárselo y al mes se murió. Pensé que era muy triste, no por el dinero que pagó este hombre, sino por la perdida del pobre animal, que al final había sido comprendido y bien llevado, hasta conseguir estar en todo lo alto, para morir. Siguiendo con Amoroso, el día anterior, confiando que es bueno y que me quiere aunque estuviese fuerte, le eché la montura y me fui al circuito corto. Hacía viento y ya estaba entrando el frío que nos venían anunciando pero vi que iba bien. Ya iba yo pensando lo extraño de estos animales, que con el tiempo tan desagradable que estaba y que se estaba portando superior, cuando empezó a dar la lata. Vaya paseo que me dio, nunca lo había visto así de fuerte, se asustaba por todo pero queriendo salir a galope, me costó una barbaridad poder sujetarlo. Miedo de las piedras pero espantándose, miedo de los camiones, coches y motos y lo último fue, que llegando a la cuadra, en la parte izquierda, está el linde del carril, ahí hace una subida muy empinada y con muy poco terreno de ancho, o sea que nadie sube ahí porque es para nada, tiene como de dos metros de alta y la malla metálica que delimita ese terreno.




Bueno, pues de dos trancos, se me plantó arriba, me dije ¿Dios mío, ahora como bajamos? Pero no tuve que hacer nada, solo aguantar como pude y en un segundo ya había bajado él solo. (la foto no hace justicia de como es y además no sé si fue exactamente ahí)Quería hasta morderlo, a esto él chaval de la moto, que fue por el que se asustó y que suele ir por la cuadra, se volvió para decirme, lo fuerte que iba el caballo y a continuación me cruzo, con otro conocido que está enseñando a enganchar un caballo, me saludó y me dijo, va fuerte ¿no? Y seguidamente, te lo compro. Tuve un segundo, que me dio ganas de pararme y decirle, dame lo que quieras porque lo que tenía ganas, es de llamar al gitano (eso dicen cuando un caballo es malo porque este lo compra para carne) llegué a la cuadra y el tío lanzado para el sitio que yo me bajo y le dije, de momento, hasta que no andes bien, no me bajo y aquí no te tengo miedo, así que aunque me tenga que quedar hasta la noche no nos movemos hasta que no andes como Dios manda. Así que carril (dentro de la cuadra) arriba, carril, abajo, hasta que lo hizo bien. Entonces decidí darle hoy picadero, aunque fuese con un traje de buzo.
Calandria, también trabajó el picadero pero como a esta mucho no le gusta el agua, fue por los filos que era el único sitio que no llegaba y así 20’ aunque solo por un lado, ya que ni yo me podía acercar a ella por el agua que había, ni ella a mí, para que cambiara de mano. Baño para los dos y veremos hoy que pasa.
Aquí está el elemento este, parece que no rompe un plato y no veas la fuerza que tiene.

29/10/08

También Calandria



Definitivamente, antes de salir, cuando los caballos lleven tiempo sin trabajar, les tengo que dar picadero, aunque sea unos minutos pero ni uno, ni la otra, pueden salir así a la calle. El lunes, salí con la yegua. Como había llovido mucho, el picadero era una laguna, así que cuando la vestí, di unos paseos por el carril de la cuadra, arriba y abajo mientras JuanMa terminaba, pensando que quizás fuera suficiente. Paco iba a ver a un amigo y parte del camino, lo hicimos juntos. La yegua que llevaba, será una maravilla, no lo dudo pero a mi no me gustan así. Iba acelerada y nerviosa, a pesar que en ningún momento, se puso delante de Calandria pero no sé si sería por eso, o porque estaba fuerte, que no iba como a mí me gusta, aunque pensé que en el cruce, nos despediríamos de Paco y al entrar en el campo, ya iría mejor. Pues sí, mejoró algo pero no lo suficiente. El campo estaba empapado. Le dije a JuanMa de subir el monte, como el ultimo día que se portaron tan mal y yo llevaba a Amoroso. Así lo hicimos y fatal. El agua al correr, había dejado unos surcos tremendos en la tierra y a la yegua, le daba miedo de todo y en su miedo, tiraba hacía lo más empinado del monte, Pirata, no sé por qué, empezó otra vez a recalentarse al subir por el mismo sitio que lo hizo el viernes y ella, contagiándose. A lo lejos, reconocimos a dos jinetes que me saludaron a voces y les tuve que responder, sin mirarles siquiera. Calandria era una locomotora y yo no era capaz de arrimarle las piernas, cada vez que intentaba abrigarla, se aceleraba más. Subimos como pudimos y bajamos hacía la casa del guarda, la mitad por donde yo quería y la otra mitad, por donde le daba la gana a ella. Pasamos por delante como saetas y al llegar a la puerta grande de hierro y muy pesada, que es de corredera y que me ha costado mucho en dos ocasiones, que lo he intentado, que se colocara bien para abrirla, se fue derecha y se puso de maravillas a la primera, sin que siquiera le diera yo la orden con las piernas. No sé si era de la ansiedad que tenía por llegar a casa, o que sí, que al final, lo ha aprendido pero fue lo único que hizo bien en toda la tarde. Cerró JuanMa y seguimos hasta el puente. Vimos a Paco cruzándolo, que ya iba de vuelta y nos esperó al final. La yegua, se colocó otra vez en cabeza y para delante. Al poco me dijo JuanMa que Paco no venía y pensé que tomó por el otro lado para trotar un poco a su yegua porque él cuando sale, eso es lo que hace, trotar y galopar a los caballos para que trabajen, por eso, no cuentan nunca conmigo, que salgo a pasear y que en esta ocasión, el paseo fue, casi una tortura.

28/10/08

Ay, Amoroso



El viernes fue el último día que salí con Amoroso, en esta ocasión acompañada por JuanMa. Fuimos bien, el recorrido, bastante largo. Llegamos a este sitio, donde del otro lado (no sacamos foto) se ve un paisaje muy bonito porque con lo que ha llovido, la hierba esté empezando a salir y los montes, a verdear. Ahí estuvimos parados un poco mientras hacíamos la foto y contemplábamos las vistas. De pronto JuanMa, me llamó para que me acercara y enseñarme un espárrago porque a mí me cuesta localizarlos en la planta, me acerqué y nada, los comentarios normales. Decidimos volvernos y ahí empezó la locura. Madre mía como se pusieron los dos caballos, no sé si oyeron, o vieron algo que nosotros no y se asustaron, o que pasó pero eran dos locomotoras bufando y queriendo correr, con una fuerza increíble. Ni se me pasa por la imaginación correr, cuando se ponen así pero le dije a mi compañero que deberíamos subir el monte para que se cansaran un poco y se desahogaran. Así lo hicimos y eso fue tremendo. Pirata como un desquiciado y Amoroso sin querer que el otro le adelantara. Quería galopar y yo intentando pararlo, en un momento que me faltaron las fuerzas, se puso a subir el monte por lo más alto, como si fuera al galope pero dando botes, yo por los aires una y otra vez, como en el rodeo. Me ha dicho JuanMa, que se quedó detrás, que daba miedo verme. Así llegamos arriba, le tuve que “pegar” y reñir pero no sirvió de nada. Cuando llegamos a la cima, empezó a darme risa porque le gritaba y daba unos tiritones ja, ja, que me daba por reír, lo hice varias veces y él igual, yo diciéndole malo, sinvergüenza, te vas a enterar la que te voy a dar y a cada vez que lo hacía, más temblores. Total que se me pasó el cabreo y empecé a hacer las paces con él y de paso, también desde lejos quería calmar a pirata. Así llegamos hasta la casa del guarda. Cuando se sale, hay que coger por una carretera que está lindando con la autovía y pensé que lo único que me faltaba es que el caballo, se me espantara con los nervios que llevaba y lo fuerte que estaba, con algún camión, así que recurrí a mi viejo truco de cantar. Como le gusta la copla, escogí una que se me el estribillo entero, “gitana que tu serás, como la falsa monea, que de mano en mano va etc. Cuando la terminaba, me miraba y empezaba de nuevo y así llegamos a cruzar el famoso puente sobre el río que tanto cangui le da y una vez pasado ya totalmente despreocupada, a la cuadra. Se ha llevó un 0 como una casa, aunque sé que pirata tuvo mucho que ver en su comportamiento pero no es excusa para que se portara tan mal. Sé que necesita, disciplina pero...

22/10/08

El aprobado de Amoroso

Cuando llegué a la cuadra, me encontré a la yegua en “chancla”. Solo hace mes y medio que la herraron pero yo sabía que no iba a resultar muy bien, ya que en Vejer me lo acababan de hacer pero sin vidrias y aquí hay que bajar, cuando salimos, una cuesta, que está asfaltada y la yegua se resbalaba, así que al quitar las herraduras a la semana y volverla a herrar, ya me imaginaba yo, que no iba a quedar muy bien. Llevaba la idea de montar a Amoroso pero algunas veces, cuando llego, cambio de parecer pero en está ocasión, fue por necesidad. Lo preparé y nos metimos en el picadero. Ay el tío. La primera vuelta al paso, tranquilo, a su bola y cuando le pido que galope, es cuando se llevó el 0 patatero, se dedicó a correr para las esquinas y pararse allí, se arrimaba tanto a las barras del picadero, que el estribo rozaba y estaba viendo que me lesionaba una pierna, otra vez, se tiró para la bañera que tiene Paco en una de las esquinas, donde les pone de beber si deja alguno dentro. No había manera de dominarlo. Daba alguna vuelta entera pero cabalgando muy mal y se iba para la puerta. O sea que le di un par de veces con la fusta y dos patadas ( sin fuerza porque ya sabe todo el mundo lo que lo quiero) y no veas el cambio. De momento acortó los círculos, nada de irse para las esquinas, ni pararse, dio unas cinco vueltas perfectas, pude aflojarle la boca, pues iba a su aire y cómodo. Así que para no estropear el momento. Lo paré, acaricié y nos fuimos a la calle. Como es natural en mí, cogí el mismo camino que hice el día anterior con Calandria. Pasamos el puente del miedo, bastante bien. Salimos al carril y de ahí al campo. En aplicación un 10, lo que no le puedo dar otro es en conocimiento porque carece de preparación pero la verdad que se portó de maravillas. Llegamos a donde me suelo dar la vuelta, que es la angarilla grande (como yo le digo) y cogí el camino de la derecha de los aguacates (por cierto que el fruto, está grandísimo, se puede ver en las fotos, yo tengo uno en casa hace años y está como el primer día) que es el que le alteró tanto el ultimo día y lo hizo fantástico.

Otro 10. Iba muy espabilado y alegre, de vez en cuando, daba dos pasos a trotecito pero enseguida paraba y al paso. Cuando quedaba poco para salir de la vereda de la cañada, me miró y se puso a trotar un poco y lo dejé a su gusto, solo paramos al cruzarnos con un viandante. El resto del carril muy bien y el puente, lo cruzó bien, aunque no tanto como a la ida. Después, lo duche y le hice esta foto, donde se le puede ver la enorme culata que tiene el tío. Ja, ja. Siempre me ha gustado que estuviese gordo y ahora tengo una yegua que es sílfide. Veremos si conseguimos que coja unos kilitos.

La conclusión es que se portó muy bien y que le doy un aprobado alto, compensando lo bueno con lo malo, claro. Aunque para como estaba estos días a tras, fue de lujo.
Hoy llueve mucho, por lo que no puedo montar. Menos mal que ayer, aproveché la tarde tan buena que hizo.







21/10/08

Otro intento con Calandria


Pues como estos días no he montado y tenía un dilema que no sabía cual de los dos sacar, lo que hice que le di picadero a Amoroso y me di un paseo con Calandria, que en realidad me interesa más que se vaya haciendo a salir sola.



Así que cuando llegué me llevé al caballo a darle cuerda y no vea como estaba el señor, parecía un toro de los de Victorino pero a los 15 minutos, como está muy gordo, estaba ya sudando mucho y totalmente relajado. Lo llevé a su ducha y lo puse a que se secara antes de llevarlo a su box.



Mientra vestí a la dama y me la llevé al picadero. Salió así, totalmente encogida.


Después de unas vueltas, ya estaba así.
Hay diferencia ¿no?












Recogí a Amoroso y me fui al carril. Me preocupó, que pasáramos el puente sobre el río tan mal cuando salimos el ultimo día que íbamos solas y a mí me gusta los retos, así que procuré estar lo más tranquila posible y que ella me viera despreocupada, así llegamos al cruce y después de esperar que pasaran algunos coche, nos tocó a nosotras. Ella me miraba y yo hacía como la que no le daba ninguna importancia, le dije algunas palabritas de amor y bajamos divinamente la vereda que nos mete en el carril que nos lleva al campo. Como tampoco me convenció mucho eso de que si no conoce el sitio se me iba a poner flamenca si vamos solas, pues hice otro intento, aunque la verdad procuré que fuera corto por si acaso se me alteraba. Pasé debajo del puente de la autovía, que me lleva al carril de la derecha. Ella un poco asustada por el ruido (normal) y yo dándole un poco la coba, cogimos el carril que pasa por la cuadra de Ismael, que ella ya conoce pero que llegado a cierto punto, solemos cruzar por un túnel y salimos al carril de la izquierda que es el que normalmente cogemos siempre para ir al campo pero en vez de hacerlo así, seguí a delante que es lo que ella no conocía. Este carril seguido, es en realidad como una vuelta ovalada. Entras por la derecha y sales por la izquierda. Para eso hay que pasar otro puente por debajo de la autovía, que a ella lo suele pasar por el otro lado que está separado por un arroyo y que le suele dar miedo porque es un poco tenebroso la verdad, además hay gráfico en las paredes que es lo que creo que más miedo le da. Pero lo hizo bastante bien. Seguía nerviosilla mirando para todos lados porque no conocía el terreno pero enseguida creo que dimos la vuelta, creo que se dio cuenta que a lo lejos, era el camino que ella conoce y se calmó del todo. Salimos hacía el puente y la última prueba era cruzarlo de nuevo. Esta vez mejor que la anterior, no miró para nada abajo por donde pasa el río. Salimos y le dije esas lindezas que tanto les gustan y para casa que en realidad no llovió pero que podía haberlo hecho, ya que el día estaba muy gris y con cantidad de nubes. Otra vez el levante, aguantó la lluvia. Es una yegua muy buena y tiene muchas virtudes. Una de ellas es esta, que con Amoroso, no se puede hacer y es que cuando llego, la dejo sola hasta que abro el guadarnés para sacar el cabezal de cuadra y es que no se mueve, ni un solo paso. Donde la pongo se queda hasta que le cambio el cabezal y la engancho en una argolla.


Le di su baño y cuando se secó un poco, a su box con su regalito de zanahorias que ellos esperan con impaciencia todos los días.












Es muy buena yegua y ya le tengo mucho cariño, cosa que yo he intentado evitar por si no me la podía quedar, que no fuese demasiado duro para mí deshacerme de ella. Pero a parte de su clase, es que es muy noble y tiene un corazón enorme. Estoy muy contenta con ella y es un placer salir de paseo juntas. Aunque el lugar que ocupa mi querido Amoroso en mi corazón, es solo para él con todos sus defectos y todo.

18/10/08

Primera salida solas, a la cañada


Me decidí, dado que es difícil que coincida con gente más o menos como yo para montar, pensé ¿para que quiero dos caballos si sólo los voy a montar en el picadero, (aburridísimo) o dando la típica vuelta al circuito pequeño que son tres cuarto de hora? Así que me fui al puente del río de Palmones ( tan temido por Amoroso) y lo pasé con cierta inquietud porque no sabía como iba a reaccionar la yegua y creo que se lo transmití y es que como el caballo lo pasa tan mal, pues yo ya voy predispuesta a ello. En fin que estos animales son muy sensibles y perciben nuestras inquietudes, miedos y sentimientos. Fuimos más o menos bien porque ella iba desconfiada ya que era la primera vez que no iba otro caballo y claro, miraba a todos lados y al principio, me hizo algunos amagos de volverse, cosa que por su puesto, no le permití. Pero yo me digo un caballo es bueno ¿porqué? Según Cristina que entiendo mucho de esto, todos tienen sus días buenos y malos. Mi yegua, estuvo extraordinaria la ultima vez que salimos y si hay algo distinto, ya te puedes esperar lo que sea de ella ¿no? Porque ese día hace aire, o hay muchas moscas, o yo estoy más nerviosa y ella lo nota, porque se asusta con una tontería y por muchas cosas más, o sea que me imagino que lo de la bondad, será porque a la hora de intentar mandar ellos, no se te levanta de manos (cosa que nunca se sabe si lo van hacer) ni se ponga a pegar botes para tirarte, (tampoco lo sabemos) o se pongan o correr a galope tendido hasta que te tiran, cosa que ya sé que me lo ha hecho dos veces el bueno de Amoroso. Cuando llegamos a donde yo tenía previsto volverme, me llamaron por teléfono para decirme que mi padre se había indispuesto, aunque ya estaba bien. En vez de volver por la misma vereda que viene por la derecha de la plantación de aguacates, para cortar un poco, decidí coger el camino que ahora estaba a mi derecha, que es el mismo pero que en medio están los árboles. Solo empezamos a andar unos metros, cuando la yegua, empezó a alterarse totalmente, asustadísima y muy nerviosa por desconocer el terreno (que es el mismo pero por el otro lado) así que viendo que la cosa podía ir a peor, crucé por medio de los árboles y volví al mismo sitio pero la yegua cogió una velocidad que no había forma de llevar su ritmo. Digo yo que era eso porque yo no la veía retrotarse, o sea que las manos las echaba bien pero no veas los culatazos que me iba dando, recorrimos casi toda la vega, yo con la preocupación de mi padre y la yegua con la inquietud que le había entrado y que no había manera de calmarla. Es maravilloso, cuando puedes arrimarles las piernas dándoles instrucciones. Para la derecha, para la izquierda, ahora te paro ahora, andas pero cuando se ponen así, no hay manera. Bastante tengo con sostenerme encima para pensar en posturas y en arrimar piernas y demás y que no me digan, que no se agarran al bocado en esos momentos porque yo es lo único que puedo hacer. Pararlos utilizando las riendas y sujetarme lo máximo que puedo con las rodillas y por supuesto que también utilizo el estribo como apoyo para no caerme. Espero que Cris, me explique esto. Cruzó el río exactamente como si fuese Amoroso, (cosa que nunca antes había hecho porque iba acompañada) o sea mirando para el agua y queriéndose ir al centro de la carretera y nada más. Cuando llegué no había nadie porque había ido a por una yegua nueva y me di toda la prisa que puede para estar en casa cuanto antes. Por supuesto que hoy no me he atrevido a montar ni cerca siquiera hasta que no vea como va mi padre recuperándose de este bajón que creo ha tenido. Esperemos que no sea nada y pueda volver pronto a escribir aquí. Mañana van a la excursión de Benalup.

17/10/08

Otra batalla

Aunque la tarde estaba muy buena, como iba sola, no fui temprano. Cuando lo preparé y me metí en el picadero, ya me di cuenta de la que me tenía preparada. Empezamos a galopar y en la primera media vuelta, se me fue a la esquina y se paró, enfado patadita y vuelta a empezar para que me hiciera varias veces lo mismo. Además que se pega de tal manera a las barras del picadero, que tengo que tener cuidado porque me va a aplastar una pierna contra ellas. Me había puesto unas espuelas para no tener que trabajar tanto con las piernas y para llevarlo más despierto, aunque como son las inglesas que es sólo una bola, pues no me hacía ni caso. Después de enseñarle la fusta y de demostrarle que no iba a poder conmigo, dio un par de vueltas bien. Así lo dejé y nos fuimos a la calle pero en vez de coger a la derecha, que es el camino que tomo para dar la vuelta al circuito, tiré a la izquierda. Parece que no tenía muchas ganas de pelea después de la del picadero. Llegamos al río que tenemos que pasar por el puente y ese me lo pasó, a una especie de trotecito cochinero pero no lo paré porque de por sí, ya lo pasa con mucho miedo y yo también por los coches que circulan por allí y no quería correr riesgo. Bajamos la vereda y nos metemos en el carril que nos lleva al campo. Parecía animado, no iba muy mal del todo, aunque haciéndose el remolón y no queriendo prestar mucha atención. Fuimos más o menos bien todo el camino. Es el de la cañada que lleva al cortijo del Jaramillo. Según íbamos acercándonos a la primera angarilla, se iba calentando y es que por ahí algunas veces hemos galopado pero yendo con él sola y con el problema de las manos, no me atrevo y el cada vez más pesado recalentándose solo. Llegamos a la angarilla y en vez de volver por el mismo camino, lo hice rodeando la plantación de aguacates, que tiene un par de montecitos buenos para que trabajara un poco pero una vez, se arrancó por ahí llevando un bocado pequeño y no lo pude parar hasta que él no quiso y cada vez que llega allí quiere hacerme lo mismo. Así que me dio la grande. Para colmo, veo de lejos un grupo de jinetes que me saludan (es un grito más o menos Laaaa, que significa Pilar) era Ismael con unos amigos, devolví el saludo (También a lo campero porque yo siempre me pongo a la altura de las circunstancias) y seguimos. Ya era cuando no había forma de gobernarlo. Asustándose de los ruidos que hacían los peces al saltar en el agua, mirando todos los arbustos y el remate, es que nos cruzamos con un chico que iba corriendo y se echó para un lado con una brusquedad que el no suele tener. Ahí fue cuando ya no pude más. Me agarré como pude y le di varias patadas ( ya ves la fuerza que yo puedo tener) y con la fusta también le pegué. Tuve que agarrar las riendas con las dos manos para tenerlo parado y le dije a gritos, aunque te parta la boca, tu no te mueves. Parece que se sometió pero este animal (no sé los otros) aparte de sus cosas que te hacen, luego es muy sentido y está acostumbrado que lo mime, le hable y le cante. Así que iba nerviosito perdido, sudando y sin dejar de mirarme asustado, hasta que le dije, bueno ya está, ya somos amigos ¿vale? Tu vas a ser bueno que yo te quiero mucho. Parecerá tonto pero cambió su talante. En el camino, nos encontramos, con Nicolás el veterinario, me dijo que le encontraba muy bien las heridas para lo que se había hecho y que cuando lo iba a llevar a Vejer. Me da mucha pena de hacerlo pero sé que no hay más remedio y más ahora que no lo monto todos los días. Pasamos el río por el puente que tanto miedo le da, está vez sin trotar aunque mirando para abajo y nervioso perdido. En cuando salimos de el, ya se puso normal. Llegamos a la cuadra y todavía iba sudando. Le di un buen baño y a su box con su regalo de zanahorias, como siempre, lo haya hecho bien o mal. No puedo evitarlo, me da mucha lastima.

16/10/08

El mejor galope

El majoleto o majuelo, es un arbusto o arbolillo que busca la humedad, puede llegar hasta unos 2.000 m de altitud. Algunas personas lo llaman "tilo" ya que la infusión de sus hojas y flores tiene propiedades tranquilizantes, sus frutos (imagen) son comestibles y algo astringentes.


Por el camino iba con la duda, si sacar a Calandria, o a Amoroso. Por una parte quería dar un paseo largo con él, ya que hace mucho que no lo hacemos y como ayer también iba acompañada, era la ocasión pero por otro lado, lo que me pasó el día anterior, me preocupaba un poco y ya me pongo a pensar si la yegua se estará estropeando. Así que cuando llegué, me fui decidida a por ella y la preparé. Siempre antes de salir, damos unas vueltas en el picadero. Yo entré antes y después mi compañero, cosa que no me impidió dejarlo a él en el centro y ponerme a galopar alrededor de él (sabía que no era ningún problema para la yegua porque la he visto trabajando con otro caballo en Vejer) Arrancó mal, trocada, la paré y ya lo hizo bien. Sólo unas vueltas y nos salimos porque pirata, estaba dentro más bien alterado, así que mientras se relajaba por el carril de la cuadra, pirata se galopaba en el picadero. Al punto salimos a la calle. Iba bien. Cuando pasamos por el lado del puente de la autovía, se puso un poco inquieta pero después bien. Seguimos el paseo alternándonos porque no quiero que vaya siempre la primera, no sea que se acostumbre a eso y tener problemas más adelante. Cuando llegamos a un sitio que no está muy malo, JuanMa empezó a galopar sin decirme nada y yo la aguanté porque no quiero, que cada vez que vea a uno galopando, se crea que lo tiene que hacer ella. Así que esperé a tenerlos lejos. Aceleró el paso pero en ningún momento se recalentó. Cuando le di la señal, empezó su galope. Era poca distancia y paramos para pasar la angarilla, a partir de ahí hay un carril. Como es ancho, le dije a JuanMa que si galopábamos juntos y me dijo que sí. Lo hizo bien. Sin querer adelantar al otro, ni picarse. Llegamos hasta el cortijo del Jaramillo.
Después de sacar estas fotos, nos volvimos. Ahora fue JuanMa, quien le pareció que se nos hacía tarde y me dijo de galopar. Asentí y bien, nos paramos para abrir otra angarilla. Pasamos un trozo pequeño y cuesta abajo que está asfaltado. Creo que será para cuando llueva, facilitar al agua que baja del monte la llegada al río por medio de un arroyuelo que se forma allí. Había bastante distancia hasta la otra angarilla pero todo carril, así que no le dije nada a mi compañero y empecé a galopar. En este mes de Octubre del 2004 (año tan malo para mí) fue cuando conocí en persona a los caballos y esta ha sido la primera vez, que me he sentido tan a gusto encima galopando. Fue todo el tiempo al mismo ritmo, ni muy rápido ni muy lento. Relajadas y a gusto las dos, moviendo su mosquero todo el tiempo al compás, sin hacer el más mínimo extraño y sin preocuparse si el otro caballo venía o no detrás (por cierto que en principio, no lo hizo) cuando oímos a lo lejos a pirata, no cambió en absoluto su postura y yo me sentí totalmente bien encima de ella, si sujetarme a correas ni nada, con mi mano en la pierna. Podía ver en la sombra que reflejábamos en el suelo, que nuestra postura era perfecta. Y cuando la paré, no utilicé las riendas, apenas tuve que meter un poco más los riñones y se paró en el acto pero sin nada de brusquedad, perfecto. Me hubiese gustado que ese momento hubiese quedado grabado. Se lo comenté a JuanMa cuando llegó y sin embargo él, me dijo que tuvo problemas para frenar a pirata que se quería lanzar a todo galope para alcanzarnos. A partir de ese momento hasta la cuadra, nos quedaba como una hora y lo hizo a un paso de envidia. Otra vez la volví a ver como en Vejer. El paso siempre igual y rompiendo mosquero.

14/10/08

Regulín, regulán

Me refiero a como se me dio con la yegua. Espero que sólo haya sido una primera vez y que no me vuelva a ocurrir. Quedé para montar con JuanMa y cuando preparé la preparé, me metí en el picadero ya subida para galoparla un poco antes de salir. Al intentar cerrar la puerta me hizo un extraño fuerte y no sé por qué pero me vi en el suelo. Di tal grito, que JuanMa que estaba en el patio de arriba preparando el caballo, me oyó y vino a ver que me pasaba. Pudiera ser que una potrilla que hay en una especie de corral colindante con el picadero y que tenía la cabeza para fuera, le asustara, la cosa es que me sobresalté y le grité cosa que me he propuesto no hacer a menudo para que no se acostumbre. Mientras la trabajaba un poco, llegó JuanMa montado y me dijo que Paco y David, iban a ver como estaba el camino para la excursión que van hacer el domingo, a un sitio que sale a la carretera de Benalup y yo hice hace un año con ellos. Se echan en el camino siete horas y media y querían ir hasta un punto, que pensaban que pudiera estar malo por el agua caída días atrás, así que aunque nosotros nos teníamos que volver pronto, por lo menos les acompañábamos un rato. De camino recogimos a Ismael en su cuadra. La yegua iba un poco inquieta porque nunca a salido con más de un caballo y la yegua de Paco llevaba un baile que no vea. Nos pusimos las primeras y no paraba de mirar a todos lados desconfiada, asustada con los árboles que nos encontramos caídos en el camino por el temporal que hemos tenido pero aunque no iba como otras veces, no lo llevaba demasiado mal. Llegando a un camino que es amplio y llano, me dijo Paco que ya mismo metía la quinta. Así que como iba la primera, ya iba preparada. A esto que escucho el grito indio típico de Paco, que es de aviso que va a empezar a correr. Pasó por mi lado pero a distancia mía y la yegua, se inquietó un poco pero no demasiado. En ese momento, se puso a mi lado JuanMa y le pregunté que si galopábamos un poco y me dijo que sí, así que nos lanzamos. De pronto ya estaba yo sola porque me había adelantado un poco y siento un zumbido que pasó por mi lado como un torpedo. Era David a todo galope. Mi yegua se puso a correr como poseída y yo agarrada a la correa de atrás de la montura con la mano derecha y con izquierda las riendas intentando acortarlas porque como íbamos a galope corto, la llevaba más bien larguitas y además no me esperaba eso. Después de algunos cabezazos y de correr como loca, pude pararla. David también se paró a lo lejos y me dice muy contento: Pilar has visto como corre, lo rápida o algo así y a mí no se me ocurrió otra cosa que decirle que lo que he visto que eres un hijo puta. Que vergüenza me ha dado después porque no le veo mal chico, lo que pasa es que ellos hacen esas cosas, como las más naturales del mundo. JuanMa siguió con su galopito y yo que no me hacía con la yegua y menos mal que Ismael no tenía ganas de liarla y se quedó a mi lado, creo que era porque la barriga le apretaba, que ya lo había dicho antes detrás de mí a lo bestia y yo le había oído y además, me pidió unos clines, ja, ja. Cuando llegamos a una de las angarillas, JuanMa me esperaba y allí nos despedimos de Ismael, puesto que los otros ya no se veían, que se fue corriendo después de coger los pañuelitos, no sé si a buscar algún sitio con más intimidad. Allí estuve galopando un poco por el carril, arriba y abajo porque el portalón para entrar en la finca estaba justo ahí pero yo quería quitarme el mal gusto y lo demás es subir monte y quiero que eso lo haga al paso, cosa que al principio, como estaba tan excitada por los galopes, me costó un poco que se calmara pero al final, lo hizo bien.

Pasamos por la casa del guarda y vimos que ha parido la cochina. No pudimos pasar sin sacarles unas fotos porque están preciosos y yo ya lamentado el poco tiempo que les quedará de vida. En fin, así es la vida. Lo que nos quedaba de vuelta, sin novedad. La yegua se calmó cuando nos quedamos JuanMa y yo solos y todo terminó bien.












Lo que se ve arriba es una garza.

13/10/08

Campeón de España doma vaquera 2008



Antes que nada, quiero decir que Gonzalo Corrales, ha sido proclamado tambien este año, campeón de España en doma vaquera. Aquí estoy con él en su casa de Vejer de la Frontera, donde su hermano Antonio ha domado me yegua.





En esta dirección, está la final del año pasado. Todavía no está la del 2008.

Y pasando a mis caballos voy a contar lo del sábado y el domingo.
El jueves, empezó a ponerse el tiempo malo. El viento era muy fuerte pero durante la noche, fue empeorando para pasar el día siguiente tan malo, que no me atreví a salir a la calle para nada. Por lo cual no fui ni a ver a mis caballos, que eso quien me conoce, sabe que es lo máximo que no puedo hacer. La noche fue más mala todavía. Tenemos dos barcos en la bahía, uno se ha partido por la mitad y el otro está encallado en el Faro de Punta Carnero, muy cerca de mi casa de San García. Este está contaminado otra vez nuestras playas porque tiene un vertido muy peligroso, aunque como dijo un ecologista en las noticias, al parecer, creen que aquí somos tontos y nos están diciendo que no tiene importancia y nos callamos. El año pasado, ha estado otro hundiéndose poco a poco durante todo el año y contaminando nuestras playas pero aquí no hay eso de “nunca máis” ni artistas en las calles con pancartas. Los andaluces, nos lo tragamos todo y eso que se da el caso que cuando alguien muere de cáncer por aquí, te dicen los médicos, que es el propio de la zona y nos quedamos tan panchos. O sea que tenemos, lo que nos merecemos. Parece mentira, que Cádiz, sea la cuna de la libertad y que por aquí, no pasaran, claro que de eso, hace muchos años.
Bueno pues volviendo a mis caballos... el sábado fui a la cuadra. Me costó la propia vida porque cuando falto un día, la apatía y el cansancio, se va apoderando de mí y es muy duro tener que empezar de nuevo. Saqué al caballo, estaba intratable del todo. Me monté y entré en el picadero, no me atrevía a galopar porque como sabéis no me fío de él y dimos unas vueltas al paso, si se puede llamar de esa manera. Antes de salir, le dejé subir el carril a una especie de trotecillo cochinero que él hace y al final, tropezó de nuevo con las dos manos, sin consecuencias porque yo iba muy pendiente y le apoye para que no cayera. Nos fuimos a la calle. El paseo fue horroroso. Había muchos mosquitos y él que no estaba trabajado, iba fuerte y portándose muy mal. No había manera de sacarle dos pasos bien dados. Así que cuando llegué a la cuadra enfadada con él y conmigo misma, nos metimos en el picadero y le dije, ¡aunque me mate pero por mis castas todas, que te vas a enterar! Me puse a galopar... es un decir porque los botes y cabezazos que daba eran para enmarcar. Le dije claro y fuerte que hasta que no lo hiciera bien, de allí no nos moveríamos. Sudaba mucho porque además está muy gordo y viendo que yo cada vez estaba mas excitada, empezó aflojar y dio unas cuantas vueltas aceptables. Con lo cual, lo palmee un poco y a su ducha.


El domingo, el tiempo estaba todavía más raro porque hacía un terrible calor después del temporal que habíamos padecido. Con mucho esfuerzo otra vez, fui a ver si me atrevía a sacar la yegua. Lo pensé y antes le di unos quince minutos de picadero, que tuvo su inconveniente y es que después que salió encogida, trotando y algún que otro galope para la derecha, cuando le tocaba la izquierda, se quería salir y se paraba por lo que tuve que coger el látigo, solo para enseñárselo porque a esta, no hay ni que estallárselo, le tiene terror. Galopó como una posesa, incluso se hizo una herida en una pata porque se iba cayendo y pensé que no veas el paseo que me esperaba. Me monté y a la calle. Nada más salir, me encontré con un jinete que me dijo que tuviese cuidado con los mosquitos, que había muchos. Imposible de imaginar cuantos. Primero me defendía con las manos y le espantaba a ella los que podía y finalmente, encontré unas cañas, corté un plumero y con él fui todo el camino espantándolos. A los mosquitos se unieron algunos tábanos pero la yegua, se portó fenomenal. Se asustó dos veces pero eso es normal. No hizo nada raro y cuando llegué a la cuadra, me impresionó ver la barriga del animal, estaba todo llena de mosquitos, no se le veía ni la carne, estaba totalmente cubierta por ellos. He guardado el plumero porque me fue de gran utilidad, quizás lo necesite para otra ocasión




8/10/08

Cigueña negra


La foto no es mía, pero esta tarde he tenido la suerte de ver una de estas raras cigüeñas negras a sólo un metro de mí. Íbamos paseando Calandria y yo y delante, dos señoras andado que se pararon admiradas, así que yo también me paré y pude ver que allí estaba, en el linde del carril pero por dentro de la alambrada. Dudamos todas que fuese una cigüeña, aunque al final no tuvimos mas remedio que reconocerlo. No intenté sacar el móvil para hacer una foto porque la yegua iba hoy fuertecilla y pensé que si el ave, se asustaba y levantaba el vuelo, se podía liar, además no quise molestarla. Cuando he llegado a casa, he preguntado a mi asesor ornitológico (mí hermano) y me ha dicho que sí que las hay pero que es una rareza, que emigren por aquí, por el Estrecho de Gibraltar. Así que mirando en internet, me he encontrado esta foto y la adjunto para documentar gráficamente el blog.
Ayer no salí a pasear y me encontré fatal. Hoy iba por el mismo camino y ese es muy malo porque cuando empiezo, después, no lo puedo parar, así que muy tarde, cuando conseguí descansar, reuní fuerzas y fui a la cuadra. Preparé a la yegua. Nos metimos un rato en el picadero a galopar y luego, nuestro paseo por el circuito, donde tuve la enorme suerte de ver ese ejemplar de cigüeña tan raro. De vuelta a casa, ya me encontraba mejor.

6/10/08

Las rodilleras de Amoroso










De esta guisa, es como sale Amoroso de protegido a la calle. Debajo lleva unos trocitos de tela, para evitar que roce las heridas y encima, estas rodilleras de neopreno, que llegado el caso, Dios no lo quiera, no sé cuan efectivas serán pero que yo, como es natural se las pongo por si acaso.
Llegué tarde a la cuadra pero animada porque el día estaba bonito. Paco estaba instalando el bebedero en el box de la yegua por lo que ya ha quedado listo del todo, ya que el soporte de la piedra de sal, también se lo había puesto hace unos días. Así que ese tema terminado y me encanta donde está porque al estar en un rincón, es más difícil que la molesten, tienen que ir a propósito para hacerlo.
Preparé a Amoroso, nos metimos en el picadero y un poco de galope conmigo arriba para ambos lados. Por supuesto que no como lo hace Calandria porque él se para cuando le parece pero lo va haciendo mejor. Después nos dimos una vuelta al circuito y los mosquitos nos comieron. Según me han dicho, al ser más tarde, salen más. Amoroso dando la lata. No me arrimo a la derecha porque me da miedo del agua estancada, también me molestan las cañas que se han vencido, voy al paso lento pero si me arrimas las piernas, retroto. En fin que una pelea con él pero que no rehuyo y él no tiene más remedio que soportar. En un tramo del camino, vi venir de frente un camión de esos que pasan por allí que llevan cargado coches para el deposito y el tío venía lanzado por el carril. Hacen mucho ruido y para evitar que el caballo se asustara demasiado, me puse al trote al encuentro del camión para llegar antes que él a una entrada de una huerta, donde el carril, se ensancha y esperar al camión ahí y resulta que el tío lo tomó a broma porque de lejos le veía en la cabina, haciendo como en el oeste americano, ja, ja vamos un tonto que no veas. Al llegar a la cuadra, le tomé estas fotos que no se ven muy bien porque son con el móvil pero para que veáis que también Amoroso está guapo y otras a las heridas.












¿Descompasadas?







El tiempo era parecido al del día anterior. Soplaba levante y no se veía el sol, así y todo, decidí irme pronto a la cuadra. Allí como todos los domingos, no había nadie, es el día que menos ambiente hay. Supongo que las familias salen por ahí, además había una feria de muestra y exposiciones de caza pesca con exhibiciones de perros y cetrería. O sea que muchos estarían allí. (Tuve ocasión de ver algunas aves cuando iba de vuelta a casa) Preparé la yegua y me metí en el picadero, después de sacar una que había de Paco, el cual llegó al poco tiempo muy deprisa y saludándome cordialmente como siempre. Así que desaparecieron mis preocupaciones de que le hubiese sentado mal, de la forma que me puse el día anterior con lo de la yegua del gitano en el picadero. Así que me metí dentro a dar unas vuelas como siempre al paso y es muy curioso como esta yegua está habituada al trabajo en el picadero, que en cuanto entra, se pone en disposición para trabajar, las orejas muy tiesas y muy atenta para la más mínima indicación, salir al galope. Se nota el trabajo que ha hecho Antonio y no quisiera dejar de seguir haciéndolo yo, para que no pierda esta buena costumbre. Dimos diez vueltas a galope para un lado y otras diez para el otro. Una vez terminadas, le dije a Paco que me iba al circuito, David (el 14) que había llegado con él me dijo que se iban al pueblo a caballo, que si me iba con ellos, en principio les dije que sí pero que como iban a tardar, en preparar los caballos, mientras daba yo mi paseo. Cuando llegaba de vuelta a la cuadra, me los crucé. Pregunté que si es que había gente a caballo en la feria y me dijeron que no, que ellos iban a tomar un café a algún bar, entonces decidí que no. La verdad es que había mucho movimiento de coches por lo que he dicho antes, hacía viento, no era una tarde muy agradable que digamos y después, tendría que soportar hasta que ellos quisieran estar por ahí dando vueltas. No me gusta eso mucho, el campo es otra cosa, para eso no tengo pega. Así que llegué a la cuadra que estaba otra vez solitaria y aproveché para hacer estas fotos yo misma y otro día menos. La yegua se portó bien, aunque le vengo notando algo que no sé muy bien que es pero en las dos ultimas salidas a ratos ha hecho algo distinto. No es que retrote, ni mucho menos pero es como si de andar tan ligera, yo no llevara su ritmo con mi cuerpo y noto en la parte de atrás, como si fuésemos descompasadas. No sé si esto tiene sentido o está mal explicado.

5/10/08

Ya reventé




Estaba el día con un viento de levante, bastante fuerte y la tarde muy desagradable. Aunque casi siempre tengo que hacer un esfuerzo para ponerme en camino, ayer me costó mucho pero lo hice. El cielo estaba totalmente nublado y en cualquier otro sitio, diríamos que iba a caer la grande pero aquí hay un refrán que dice. “Cuando en levante llueve, hasta las piedras mueve” Que traducido quiere decir, que no suele hacerlo pero si llegado el momento ocurre, es un autentico diluvio y la verdad es que no suele pasar porque el viento aguanta la lluvia. Llegué a la cuadra, saqué a Amoroso con sus patucos puestos, encima le puse las rodilleras y lo vestí. Cuando me dirigía al picadero ya montada, el caballo iba dando saltos porque en la parcela de al lado, desde hace poco hay una yegua suelta, que da carreras y esto como es natural, sobresalta a los demás hasta que se hacen a ello. Paco me preguntó muy simpático que le pasaba a mi penco y yo le dije, lo de la yegua, a lo que me contestó que en eso él no podía hacer nada porque no estaba en su casa, normal claro. Cuando llego al picadero me encuentro que hay una yegua metida dentro y suelta. Es de un tipo raro con ganas, con muy malas referencias, además no se habla con nadie y los que tienen allí comida, dicen que él se las roba. Le decimos el gitano aunque dicen que la gitana es la mujer, a mí me da igual que sea gitano que payo pero que no haga lo que le dé la gana. Ya me he visto un día sola, sacando la yegua y llevándola a su box, cuando es un animal que no conozco y además está sin doma. La cosa es que se lo digo a Paco que eso si será cosa suya y me contesta que él tiene mucha prisa, dándome a entender que no pensaba sacarla. Así que ahí reventé y empecé a despotricar a voces, me bajé del caballo toda alterada, el animal asustado y la yegua igual, la saqué del picadero amarrada con una cuerda de las alpacas y dije en voz alta, “verás que pronto viene ahora” y la metí en una corraleta individuales que tiene donde mete a sus caballos y ya le había echado comida para su yegua. No veas como corría carril abajo cuando vio que el animal se tiró a la comida. Yo en mi postura me metí en el picadero. Él sacó la yegua y en vez de llevarla a su box, la amarró en el carril de acceso al picadero. Yo a lo mío. David que estaba presente con alguno más cuando ocurrió todo esto, intentó desatarla, viendo que ese no era el sitio adecuado y no sé por qué no podía, a esto que llega el gitano y ve donde está la yegua y que yo estaba en el picadero, pensaría que fui yo quien la sacó y no veas la mirada que me echó el tío, de por sí tiene una cara con más malage que he visto en mi vida. Yo ya estaba bastante cabreada y además pensé que no era a mí a quien correspondía decirle que el picadero es para trabajar y no para soltar los animales por la mañana y volver por la tarde a recogerlos. Así que galopé un poco con Amoroso que no sé si percibió mí estado de nervios y no se atrevió a llevarme la contra, que no lo hizo nada mal. Así que a la calle. Dimos un paseo por el circuito, bastante aseado, a pesar del viento me sentó de maravillas y él no estuvo demasiado puñetero. Cuando llegué a la cuadra, ya no estaba Paco, en realidad la urgencia era que iba a una feria de exposiciones de pesca, caza y demás, en el mismo pueblo. O sea que no era para tanta prisa. Me confortó que unos compañeros que estaban allí y que lo habían visto todo, me dijeran que había hecho muy bien y que yo tenía razón. Así terminó la tarde. Me vine a casa después de curar a Amoroso y obsequiar a ambos, con unas zanahorias que les encantan.

4/10/08

Más ligera que los vientos


Rafael del Estad, tiene unas sevillanas en las que dice, “tengo una yegua castaña, más ligera que los vientos”.Bueno pues creo que así es Calandria. Ayer no tenía planes de salir acompañada, por lo que me dispuse a dar un paseo por el circuito corto. Entré primero en el picadero y dimos unas vueltas al paso, luego galope corto para ambos lados y a la calle. Por cierto creo que cada vez lo hacemos mejor. A veces me acuerdo de aquella quinta vez que fui a Vejer que me acompañaron mis primas y que no había manera que para el lado izquierdo lo hiciera bien porque salía trocada. Me llevé un disgusto tremendo y lo vi todo negro. Bueno pues ahora, nos vamos entendiendo cada vez mejor y sale perfectamente para los dos lados. Una vez fuera, tomamos para la derecha y enseguida sentí cascos detrás de mí (ella tranquila) otra virtud, que no se recalienta. Me paré a ver si era algún conocido y le esperé. Era un chico de una de las fincas que hay en ese carril. Cuando llegó a mi altura, salimos juntos, mientras nos saludábamos y cambiábamos algunas palabras sobre mi yegua. El chico me conoce de verme por allí con Amoroso. Bueno pues en sólo un par de minutos, le sacó al otro caballo lo menos diez metros y eso que no veas la presencia que tiene. Con esa distancia entre nosotros, nos separamos porque él llegó a su casa. El resto del camino, fenomenal porque es que ese carril tiene un problema y es que hay en el dos depósitos judiciales de coches, con lo que todo el día, te estás cruzando o te van adelantando, camiones de los que cargan dichos coches y que el carril en algunos tramos no es nada ancho. Bueno pues ella, nada yo la acaricio cuando pasa alguno y tan contentas confiada en mí. Estoy muy contenta con el paso que tiene y con lo bien que anda. No quiero que esto me haga vanidosa pero es una delicia ir en ella de paseo.

3/10/08

Se han abierto las heridas


Por la mañana hice un hueco y fui a ver a los caballos. Lo hago de tarde en tarde pero alguna vez que otra lo hago, por aquello del que el ojo del amo... Estaban los dos en su box, algo que le he pedido al dueño porque no me acaba de gustar en las condiciones que están cuando los deja fuera. Así que me entretuve un poco con ellos. Limpié y engrasé los cascos de los dos y entresaqué a Calandria, (es buenísima) aunque no le dejé las crines cortas pero por lo menos igualadas. Cuando llegó Paco sobre las dos, les hizo la cama y les echó de comer, los metí dentro y me vine tan contenta con la idea de sacar por la tarde a dar un paseo a Amoroso, que estaba bastante bien. Bueno pues cuando llegué por la tarde, el disgusto. El caballo le chorreaba la sangre de las rodillas hasta los cascos, no sé porque a estas alturas, al echarse y levantarse, se le han vuelto a abrir, sobre todo la izquierda que tiene como un pinchazo. Esa estaba ya prácticamente bien, ya lo que se le veía aunque fina era la piel y otra vez tenemos ahí la herida. Así que muy disgustada. No cambié de planes, ya que no cojea ni nada. Lo vestí, le puse las rodilleras y entré en el picadero a dar unas vueltas al paso. Después nos fuimos al circuito corto donde por supuesto, no me lo hizo fácil porque insistía en la izquierda (es porque hay agua en el lado derecho y le da miedo) y cada vez que le arrimaba la pierna, intentaba retrotarse. Así fuimos todo el camino. Nos encontramos con mi amigo Rafa que hace mucha bicicleta por allí y estuvimos hablando un rato. Se portó bien porque no se movió para nada, todo el tiempo que estuvimos hablando pero fue dejarlo y empezar a luchar otra vez, así llegamos a la cuadra y en vez de bajarme, me fui al carril que va al picadero. Se me ocurrió darle un poco para que galopara en línea recta. Madre mía, no sé como no me tiró. Totalmente disparatado, dando saltos veía que me estrellaba contra los pinos que delimitan la otra parcela. Me puse dura y lo metí en el picadero y ahí sin contemplaciones y jugándome el físico, le hice galopar cogiendo bien cortas las riendas para que no me diera cabezazos. Cuando dio unas cuantas vueltas aceptables y pensando un poco más en serio que me podía ir al suelo, lo dejé y nos fuimos a la ducha, donde después de bañarlo le curé de nuevo sus heridas y también en esta ocasión, he vuelto a vendárselas. No sé cuando terminará esto, si es que alguna vez acaba el sufrimiento del pobre mío.
Ese ternerito que se ve tan mal, lo vimos en el camino, es una preciosidad y debe de ser recién nacido.

1/10/08

Las muñecas de Marín




Supongo que conoceréis las muñecas de Marín. Bueno pues son las clásicas de toda la vida para souvenirs, recordareis haberlas visto muchas veces en tiendas y hoteles para los turistas o para los españoles que queramos tener alguna de recuerdo, claro. Ellas vestidas de flamenca y ellos de toreros. Esta fabrica está en Chiclana de la Frontera. Hace unos años, yo iba mucho por ese pueblo que tanto me gustaba, (ahora no lo sé porque me parece que ha cambiando mucho y hace mucho tiempo que no he paseado por allí) donde mis amigos tienen un chalet y pasaba muchos fines de semanas, así como muchos días que cogía de vacaciones. Es un pueblo magnifico, con mucho campo, una playa (La Barrosa) impresionante, buenos vinos y la fabrica de muñecas Marín. Recuerdo que en una ocasión me dio por comprar toneles para el vino y precisamente, la fabrica estaba frente justo al de los toneles pero no sé porque nunca entramos al museo, que creo que lo tiene y muy bonito. Bueno pues esta tarde, he salido con JuanMa a dar un paseo. Al pasar por una cuadra, salían dos caballistas, que aunque no tenemos con ellos amistad, si que nos conocemos de habernos visto en sitios que frecuentamos los de esta afición pero les saludamos y como no nos dijeron nada, me parecieron muy antipáticos. Así que hicimos un trozo de camino juntos pero al llegar a un punto hay un carril a la izquierda, que se hace el mismo recorrido que hacemos muchas veces pasando por la casa del guarda de la finca pero a la inversa de cómo lo hacemos generalmente. Previo aviso a JuanMa, ( ya que Calandria se puso la primera sin el menor esfuerzo) lo tomé. Llegamos a la puerta y la vimos abierta. Después de obligar a la yegua para que aprendiera a cerrarla y lo consiguiéramos, JuanMa, se dio cuenta que venían unas cabras bajando el monte con mucha prisa porque estaban fuera y será tontería mía pero me pareció que se aceleraban para entrar. Cualquiera sabe. Al pasar por la puerta del guarda estaba la mujer y las niñas en el porche. Nos paramos a comentar lo de la puerta y entonces me fije en la mesa. Estaba llena de muñecas de Marín, con sus trajes de flamencas. Me llamó la atención y le pregunté que hacía y me dijo que vestía las muñecas. ¿Cómo es eso? Pues hace 14 años que lo hace, ella y muchas señoras más. Me explicó que antes la muñeca, también se hacían aquí y eran mejores, la cara era un molde sacado del rostro de una hija del dueño pero que ahora las hacían en China, que la obra de mano era mucho más barata. Cuando me quedé de piedra, es cuando me dijo lo que les pagaban por cada muñeco que vestían, 35 céntimos, con el trabajo que eso lleva, hicimos la cuenta de las que tenía que hacer para ganarse 7 € en fin que me dijo que era muy poco pero que a final de mes si hacía muchas, que sacaba algo para ayudarse con algunos gasto. De pena vamos. Sacamos un par de fotos para que las veáis lo laboriosas que son y también a la artista con sus hijas. A la vuelta vimos en el río, 16 galápagos en fila. No me dio tiempo de sacar fotos porque, la yegua se movió y saltaron todas al agua pero si que cogimos por poco esa garza que veis entre las ramas. Una tarde muy buena, aunque a la vuelta, ya empezaba a refrescar y eso que era temprano. Estoy deseando de sacar la pelliza.